Los pacientes con cáncer tienen alto riesgo de eventos tromboembólicos, especialmente en el periodo de activo.
De acuerdo con datos de Medicare, el riesgo de eventos tromboembólicos arteriales incluidos el infarto agudo de miocardio, comienza unos meses previos al diagnóstico de cáncer, hace el pico al momento del diagnóstico y persiste 1-2 años después.
El presente estudio fue diseñado para determinar el riesgo trombótico, isquémico y de sangrado luego de una angioplastia coronaria (ATC) en pacientes con y sin cáncer.
Se identificaron los pacientes con cáncer sometidos a ATC en la Clínica Mayo desde el 1 de enero de 2003 al 31 de diciembre de 2013 y se compararon con los pacientes sin cáncer a través de un score de propensión.
El punto final primario fue el combinado de mortalidad total, infarto y revascularización a 5 años de seguimiento.
Un total de 549 pacientes con cáncer y 3813 pacientes sin cáncer fueron considerados para este estudio. Luego de ajustar por las diferencias basales a través de un score de propensión, 416 pacientes con cáncer (30% con cáncer activo) y 768 sin cáncer fueron incluidos. La mediana de seguimiento para los pacientes con y sin cáncer fue 6.2 y 5.1 años respectivamente.
Los pacientes con cáncer presentaron una mayor tasa de punto final primario a 5 años (48.6% vs 33%; HR 1.61; IC 95%: 1.34-1.94; p<0.001).
La mortalidad total fue mayor en los pacientes con cáncer a 5 años (29.1 vs 22.3%, HR 1.31; IC 95%: 1.05-1.63; p=0.02), emergiendo esta diferencia luego del primer año post-ATC.
A 5 años, los pacientes con cáncer presentaron un mayor riesgo de mortalidad no cardiovascular (24% vs 10.5%, HR 2.28; IC 95%: 1.70-3.05; p<0.001), y un menor riesgo de mortalidad cardiovascular (5% vs 11.7%, HR 0.43; IC 95:% 0.27-0.70, p<0.001)
En los pacientes con cáncer, los predictores independientes más fuertes de mortalidad total y no cardiaca fueron el cáncer activo y metastásico y para mortlaidad cardiaca el score DAPT.
Los pacientes con cáncer presentaron un mayor riesgo de infarto de miocardio luego de la ATC a 5 años de seguimiento (16.1% vs 8%, HR 2.10; IC 95%: 1.49-2.96; p<0.001) a expensas del infarto tipo 3 y 4b.
La tasas de trombosis intrastent a 5 años fue casi 3 veces más elevada (6% vs 2.3% , HR 2.74; IC 95%: 1.49-5.05; p<0.001) y fue observada con los stents convencionales y liberadores de fármacos.
El periodo de riesgo aumentado de trombosis intrastent en el grupo de pacientes con cáncer fue el primer años post-ATC.
De la misma manera el riesgo de nueva revascularización a 5 años fue mayor en los pacientes con cáncer (21.2% vs 10.9%, HR 1.04; IC 95%: 1.51-2.74; p<0.001).
En pacientes con cáncer, la presencia de metástasis (HR 4.05; IC 95%: 1.43-11.44; p=0.008) y un DAPT score elevado (HR 1,81; IC 95%: 1.38-2.38; p<0.001) fueron predictores de infarto de miocardio.
Con respecto a las tasas de sangrado, los pacientes con cáncer presentaron un mayor riesgo de sangrado post-ATC (6.7% vs 3.9%; HR 1.73; IC 95:% 1.06-2.83; p=0.03), a expensas de sangrado tipo 2 BARC.
El Score DAPT predijo eventos trombóticos e isquémicos en ambos grupos.
¿Qué podemos recordar?
Los pacientes con cáncer tienen un mayor riesgo de eventos trombóticos e isquémicos, así como de hemorragias luego de una ATC.
Un score DAPT elevado identifica a los pacientes que tienen un riesgo isquémico y trombótico elevado. Estos resultados tienen importantes implicancias para las decisiones de tratamiento antiplaquetario.