La falta de ensayos aleatorizados contemporáneos a gran escala y de recomendaciones consensuadas sobre la duración de la terapia con betabloqueantes (BB) luego de un infarto agudo de miocardio (IAM) ha llevado a que muchos pacientes reciban tratamiento de por vida.
Los beneficios de la terapia con BB en pacientes con IAM derivan de ensayos realizados antes de la era moderna de la reperfusión miocárdica y la farmacoterapia. La terapia de reperfusión coronaria temprana ha reducido drásticamente los riesgos de insuficiencia cardíaca (IC) y muerte tras el IAM, lo que ha generado interrogantes sobre los beneficios adicionales del tratamiento de por vida con BB en pacientes con una fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) preservada y sin otra indicación primaria para la terapia con BB.
El estudio ABYSS, realizado por el Grupo ACTION en 49 centros en Francia, fue un ensayo aleatorizado de no inferioridad diseñado para evaluar la seguridad de interrumpir la terapia con BB un año después de un IAM no complicado, planteando la hipótesis de que la interrupción podría ser segura y mejorar la calidad de vida.
Este estudio incluyó pacientes con antecedentes de IAM de más de 6 meses, con una FEVI superior al 40%, en tratamiento crónico con BB y sin eventos cardiovasculares adversos mayores (MACE) en los últimos 6 meses.
Los participantes fueron aleatorizados en una proporción 1:1 para interrumpir o continuar con su terapia con BB.
El punto final primario fue un compuesto de muerte por cualquier causa, IAM no fatal, accidente cerebrovascular (ACV) no fatal u hospitalización por causas cardiovasculares. Como objetivo secundario, se evaluó el cambio en la calidad de vida, medido por el cuestionario European Quality of Kife-5 Dimensions.
Se incluyeron 3.698 pacientes, con una edad promedio de 63.5±11 años, y un 17.2% de mujeres. El 63% de los pacientes presentaban un IAM con supra ST previo, el 7.8% había tenido más de un IAM previo y el 95% de la población del estudio fue sometida a revascularización coronaria, mayormente con angioplastia coronaria (96.9%) para el evento indice.
El BB más frecuentemente prescrito fue el bisoprolol (71.5%) seguido por el acebutolol (10.8%), atenolol (8.7%), nebivolol (5.9%), metoprolol (1.2%) y carvedilol (1.1%).
La mediana de tiempo entre el último IAM y la aleatorización fue de 2.9 años.
Durante un seguimiento mediano de 3 años, la interrupción del tratamiento a largo plazo con BB no logró demostrar la no inferioridad a la continuación del tratamiento respecto al punto final primario (HR 1.16, IC95%: 1.01-1.33, p=0.44 para no inferioridad).
La muerte ocurrió en el 4.1% en el grupo interrupción y en el 4% en el grupo de continuación, mientras que el IAM ocurrió en el 2.5% y el 2.4%, respectivamente. La hospitalización por causas cardiovasculares ocurrió en el 18.9% en el grupo interrupción y en el 16.6% del grupo de continuación.
Además, la interrupción del BB se asoció con aumentos significativos en la presión arterial sistólica y diastólica, así como en la frecuencia cardíaca, tanto a los 6 meses como durante el seguimiento del estudio.
La interrupción de los BB no mejoró la calidad de vida de los pacientes.
Mensaje Final
La interrupción del tratamiento betabloqueante a largo plazo en pacientes con antecedentes de IAM no demostró ser no inferior a una estrategia de continuación del BB con respecto al compuesto de muerte, IAM no fatal, ACV no fatal u hospitalización por causas cardiovasculares.
Además , dicha interrupción no mejoró la calidad de vida de los pacientes.
Referencia: Beta-Blocker Interruption or Continuation after Myocardial Infarction