La angioplastia coronaria primaria (ATCp) es el tratamiento de reperfusión de elección para los pacientes con infarto de miocardio con elevación del ST (IAMCEST). Sin embargo, hasta el 50% de los pacientes presentan una perfusión miocárdica inadecuada, conocida como fenómeno de no-reflujo , lo que provoca remodelación cardiaca y un aumento de la mortalidad. Aunque la tromboaspiración (TA) mejoró la perfusión y redujo los eventos cardiovasculares en el estudio TAPAS de 2008, estudios posteriores como TASTE (2013) y TOTAL (2015) no confirmaron estos beneficios, por lo que las guías actuales no recomiendan el uso rutinario de la TA en el IAMCEST (Clase IIIA). No obstante, la TA sigue siendo utilizada en casos de alta carga trombótica (ACT).
Ho Sung Jeon y cols. analizaron el impacto del fallo de la TA en la perfusión miocárdica y los resultados clínicos en pacientes con STEMI y ACT sometidos a ATCp.
Se definió ACT como la presencia de trombo grado 3 o mayor. El fallo de la TA se definió como la ausencia de recuperación del trombo, la presencia de residuo trombótico antes del stent o la embolización distal.
El punto final primario fue el flujo TIMI final en la angiografía luego de la ATCp.
Se incluyeron un total de 812 pacientes consecutivos con IAMCEST y ACT sometidos a TA manual durante la ATCp.
Los paciente en el grupo de TA fallida eran mayores y presentaban una mayor proporción de clase Killip III-IV en comparación con los pacientes en quienes la TA fue exitosa, mientras que el resto de los factores de riesgo y comorbilidades estaban equilibrados entre los grupos.
El 34.4% de los pacientes presentaron una TA fallida.
Aquellos con TA fallida presentaron una menor tasa de flujo TIMI 3 en comparación con los pacientes con ATC exitosa (74.6% vs. 82.2%, p=0.011).
También se observó un menor grado de blush miocárdico, una resolución incompleta del ST y una mayor incidencia de obstrucción microvascular.
Además, presentaron un mayor tamaño de infarto evaluado mediante resonancia magnética cardiaca, aunque la fracción de eyección fue similar en ambos grupos.
El fallo en la TA se asoció de manera independiente con un bajo flujo TIMI final (HR 1.52, IC95%: 1.048-2.2; p=0.027).
En el análisis multivariable, la edad avanzada fue el único predictor significativo de fallo en la TA.
En cuanto a los eventos clínicos, las tasas de mortalidad por todas las causas (11.8% vs. 7.1%, p=0.024) y cardiovascular (11.1% vs. 6.4%, p=0.018) fueron mayores en el grupo con TA fallida.
¿Qué podemos recordar?
El fallo en la TA se asocia con una reducción significativa de la perfusión miocárdica en pacientes con IAMCEST y alta carga trombótica, lo que resulta en peores resultados clínicos.