Las guías de práctica clínica recomiendan la ablación con catéter luego del fracaso del tratamiento farmacológico en pacientes con fibrilación auricular (FA) paroxística.
La ablación por catéter convencional utiliza la energía térmica (calor/radiofrecuencia o frio/criotérmica) para ablacionar el tejido cardíaco. A diferencia de la ablación térmica, la ablación por campo pulsado (ACP) utiliza pulsos eléctricos de alta energía para destruir el tejido mediante un proceso denominado electroporación.
Estudios preclínicos y clínicos han demostrado que la ACP parece ablacionar preferentemente el tejido cardíaco, con un daño mínimo o nulo de las estructuras circundantes, como el esófago y el nervio frénico, así como la estenosis de la vena pulmonar, todas ellas que se producen con la ablación termica convencional.
Durante el tercer día del Congreso ESC 2023, se presentaron los resultados del estudio ADVENT, el primer ensayo controlado aleatorizado que comparó la ACP con la ablación convencional (radiofrecuencia o crioablación) en pacientes con FA paroxística sintomática resistente a fármacos.
Los pacientes fueron seguidos durante 12 meses con transmisiones semanales de electrocardiogramas y evaluaciones Holter de 72 horas a los seis y 12 meses.
Un total de 687 pacientes fueron sometidos a ablación por 65 operadores en 30 centros de Estados Unidos. En la fase inicial se incluyeron 80 pacientes; los 607 restantes se asignaron aleatoriamente a la ACP (305 pacientes) o a la ablación térmica convencional (302 pacientes, de los cuales 167 recibieron ablación por radiofrecuencia y 135, crioablación).
La edad media de la población del estudio era de 62 años y aproximadamente el 35% eran mujeres.
El punto final primario de eficacia fue la tasa de éxito, definida como éxito agudo y crónico (ausencia durante un año de arritmias auriculares recurrentes, uso de fármacos antiarrítmicos y cardioversión o repetición de la ablación).
La tasa de éxito fue del 73,3% y el 71,3% en los grupos de ACP y ablación térmica convencional, respectivamente, y cumplió los criterios preespecificados de no inferioridad.
El criterio de valoración primario de seguridad fue un compuesto de eventos adversos graves relacionados con el uso de un catéter de ablación o con el procedimiento en sí y ocurridos en un plazo de siete días, así como estenosis de la vena pulmonar o fístula esofágica ocurridos en cualquier momento durante los 12 meses de seguimiento.
Este criterio de valoración ocurrió en el 2,1% y el 1,5% de los pacientes de los grupos de ACP y ablación convencional térmica, respectivamente, y cumplió los criterios preespecificados de no inferioridad.
El criterio de valoración secundario de seguridad fue el cambio en la dimensión de la vena pulmonar (es decir, cualquier estenosis o estrechamiento) desde el inicio hasta el día 90. Las reducciones del área transversal de la vena pulmonar fueron del 3,3% y el 19,5% en los grupos de ACP y ablación convencional, respectivamente, cumpliendo los criterios preespecificados de superioridad de la ACP.
¿Qué podemos recordar?
La ablación por campo pulsado es tan eficaz y segura como la ablación convencional para el tratamiento de la fibrilación auricular paroxística.
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