A pesar de la evidencia inicial que respalda la utilidad de las imágenes intravasculares, como la ecografía intravascular (IVUS) o la tomografía de coherencia óptica (OCT) para guiar la angioplastia transluminal percutánea (ATC), su adopción sigue siendo baja.
Jayakumar Sreenivasan y cols. realizaron un metaanálisis actualizado de estudios que compararon la imagen intravascular con la angiografía para guiar la ATC.
Se incluyó un total de 16 estudios clínicos aleatorizados con 7.814 pacientes, con una duración media de seguimiento de 28.8 meses. La edad media de los pacientes fue de 64.3±2.4 años, con un 73% de hombres y el 77% fueron ATC complejas.
Entre los estudios incluidos en este metaanálisis, 9 utilizaron IVUS, 4 emplearon OCT exclusivamente y 3 estudios utilizaron ambos métodos por imágenes para guiar la ATC en comparación con la ATC guiada por angiografía.
El uso de imágenes intravasculares se asoció a un menor riesgo de eventos cardíacos adversos mayores (RR 0.67, IC95%: 0.55-0.82, p<0.001), muerte cardíaca (RR 0.49, IC95%: 0.34-0.71, p<0.001), trombosis del stent (RR 0.63, IC95%: 0.40-0.99; p=0.046), revascularización de la lesión tratada (RR 0.67, IC95%: 0.49-0.91; p=0.01) y del vaso tratado (RR 0.60, IC95%: 0.45-0.80; p<0.001).
La magnitud del beneficio fue grande y consistente en todos los estudios incluidos.
¿Qué podemos recordar?
La ATC guiada por imágenes intravasculares se asocia a una reducción de los eventos cardiacos adversos mayores, la muerte cardiaca, la trombosis del stent y la revascularización del vaso tratado.
Los autores remarcan que estos resultados apoyan el uso de la imagen intravascular como estándar de atención para los pacientes sometidos a ATC y proporciona un argumento convincente para actualizar las guias de practica clínica.
Registrate en MedEcs y sumate a nuestra comunidad
para estar al día con las novedades en Cardiología.