En la revascularización contemporánea, tratar la mayor cantidad posible de arterias coronarias enfermas es esencial, y la percepción de poder alcanzar ese objetivo a menudo influye en la elección entre métodos de revascularización, como la angioplastia coronaria (ATC) o la cirugía de revascularización miocárdica (CRM).
Se ha observado que una revascularización incompleta se relaciona con un mayor riesgo de muerte, infarto de miocardio y necesidad de revascularización adicional. Sin embargo, gran parte de la evidencia sobre la revascularización completa proviene de pacientes con una función ventricular izquierda (FEVI) conservada.
Durante el Congreso EuroPCR 2024, se presentaron los resultados de un subanálisis del estudio REVIVED-BCIS2, realizado con el propósito de determinar el impacto de la revascularización completa en pacientes con disfunción severa del VI.
Este análisis incluyó a pacientes cuyos angiogramas basales y del procedimiento, así como los estudios de viabilidad, estaban disponibles para análisis por laboratorios centrales independientes.
La revascularización anatómica y guiada por viabilidad se evaluaron mediante los índices de revascularización coronaria y miocárdica (RIcoro y RImyo, respectivamente).
RIcoro=[cambio en el BCIS Jeopardy Score (BCIS-JS)]/ [BCIS-JS basal]*100
RImyo= [(número de segmentos viables revascularizados/número de segmentos viables suministrados por vasos enfermos) *100].
El grupo de angioplastia se clasificó como revascularización completa o incompleta según los valores medianos RIcoro y RImyo.
El resultado primario fue la muerte u hospitalización por insuficiencia cardiaca.
De los 700 pacientes aleatorizados, se incluyeron 670 en el análisis.
De los 658 pacientes con angiografía basal disponibles, las medianas de los puntajes basales de BCIS-JS y SYNTAX fueron de 8 y 22, respectivamente. El 53% de los pacientes presentaron al menos una oclusión crónica total y el 52% presentaron al menos una lesión con calcificación moderada/severa.
De los 317 pacientes asignados a ATC incluidos en este análisis, el 20 % tenían por lo menos una oclusión crónica total tratada exitosamente. En el grupo ATC, la mediana del BCIS-JS fue de 2, lo que representó una mediana de reducción de 6, resultando en un RIcoro de 67%.
La mediana del número de segmentos viables e irrigados por vasos enfermos fue de 5. En el grupo ATC, 3 segmentos fueron revascularizados por participante, lo que resultó en un RImyo de 85%.
La revascularización completa con ATC, ya sea anatómica (HR 0.90, IC95%: 0.62-1.32) o guiada por viabilidad (HR 0.95, IC95%: 0.66-1.35) no se asoció con una reducción en el punto final primario de muerte u hospitalización por IC, en comparación con el tratamiento médico.
Un análisis de sensibilidad por el puntaje residual SYNTAX no mostró asociación con los eventos.
¿Qué podemos recordar?
En pacientes con disfunción severa del ventrículo izquierdo, ni la revascularización completa anatómica ni la guiada por viabilidad se asociaron con una mejor supervivencia libre de eventos en comparación con la revascularización incompleta o el tratamiento médico solo.
Los autores destacan que se necesitan ensayos aleatorizados que aclaren el impacto de la revascularización completa por ATC en pacientes con enfermedad coronaria estable.
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