A medida que aumentan las tasas de obesidad en Estados Unidos, la gestión de las comorbilidades metabólicas asociadas representa una carga creciente para el sistema de salud. Si bien la cirugía bariátrica ha demostrado beneficios en la reducción de condiciones metabólicas ya establecidas, hasta ahora no existían estudios de gran tamaño que cuantificaran el riesgo de desarrollar nuevas comorbilidades mayores relacionadas con la obesidad tras este procedimiento.
Amanda L. Bader y cols. llevaron a cabo un estudio de cohorte retrospectivo y multicéntrico que utilizó datos del Veterans Health Administration (VHA) Corporate Data Warehouse, con información de 128 centros VHA, con el propósito de identificar los fenotipos metabólicos más comunes en pacientes elegibles para cirugía bariátrica y estimar las tasas de incidencia, crudas y ajustadas, de comorbilidades metabólicas adicionales en comparación con un programa médico de control de peso (WMP, por sus siglas en inglés).
El estudio incluyó 269.470 pacientes: 232.196 (87,1%) hombres y 34.496 (12,9%) mujeres, con una edad mediana de 57 años (RIC 47-64). En cuanto a la distribución racial y étnica, 0,5% se identificó como asiático, 20,1% como negro, 14,3% como hispano, 3,9% como hispano negro, 1,0% como nativo de Hawái u otro isleño del Pacífico, 53,3% como blanco y 1,1% como otra raza/etnicidad.
Del total, 263.657 pacientes participaron en el WMP y nunca recibieron cirugía, mientras que 5.813 se sometieron a cirugía bariátrica (1.803 bypass gástrico en Y de Roux y 4.010 gastrectomía en manga). De estos últimos, 3.417 habían estado previamente en el WMP.
Los pacientes operados eran más jóvenes (mediana 49 años vs. 57 en WMP), tenían mayor IMC basal (44,2 [40,0-49,4] vs. 36,7 [33,9-40,4]) y más comorbilidades al inicio (ejemplo, diabetes tipo 2: 37,5% vs. 32,0%). La HbA1c basal fue algo menor en el grupo quirúrgico (6,1% vs. 5,9%), al igual que el colesterol LDL (104 vs. 102 mg/dL).
En la cohorte total, las combinaciones más frecuentes de comorbilidades al inicio fueron: ninguna (14,7%), hipertensión + hiperlipidemia (10,0%) e hipertensión + hiperlipidemia + diabetes tipo 2 (10,0%).
El seguimiento mediano fue de 112,9 meses (RIC 79,5-145,4), con 113,2 meses en el grupo WMP y 96,9 en el de cirugía bariátrica. En pacientes que luego pasaron de WMP a cirugía, la permanencia mediana en el programa fue de 36,6 meses.
A los 5 años, las tasas de incidencia por 1000 personas-año fueron:
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Grupo WMP: hipertensión 8,89; hiperlipidemia 9,67; diabetes tipo 2 4,29; apnea obstructiva del sueño 3,99; MASLD 2,44.
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Grupo cirugía bariátrica: hipertensión 3,35; hiperlipidemia 4,85; diabetes tipo 2 1,06; apnea obstructiva del sueño 3,43; MASLD 2,01.
En los modelos ajustados de Cox tras el emparejamiento, la cirugía bariátrica se asoció con reducciones significativas del riesgo frente al WMP: 79,2% menos riesgo de diabetes tipo 2 (HR 0,21; IC 95% 0,18-0,26), 58,8% menos de hipertensión (HR 0,41; IC 95% 0,33-0,51), 50,5% menos de hiperlipidemia (HR 0,49; IC 95% 0,42-0,58), 56,9% menos de apnea obstructiva del sueño (HR 0,43; IC 95% 0,35-0,52) y 40,4% menos de MASLD (HR 0,60; IC 95% 0,49-0,73).
En el análisis de subgrupo de mujeres veteranas, los hallazgos fueron consistentes, confirmando una reducción significativa del riesgo de comorbilidades, con cifras similares a las del análisis principal (ejemplo, diabetes tipo 2 HR 0,26; IC 95% 0,17-0,39).
¿Qué nos deja este estudio?
En conclusión, en esta cohorte la cirugía bariátrica se asoció con un riesgo significativamente menor de desarrollar comorbilidades metabólicas mayores en comparación con un programa médico de control de peso. Estos hallazgos respaldan la relevancia de la cirugía bariátrica como una estrategia duradera de reducción del riesgo asociado a la obesidad.