El dolor torácico es la segunda causa más frecuente de consulta en los servicios de urgencias de los Estados Unidos, con más de 6,5 millones de visitas anuales (aproximadamente 1 de cada 20 consultas) y cerca de 4 millones de consultas ambulatorias por año, según datos de la AHA 2025. En Europa y Estados Unidos se realizan anualmente alrededor de 4 millones de angiografías coronarias, pero en aproximadamente la mitad de los pacientes no se detecta enfermedad coronaria obstructiva, lo que conlleva consultas repetidas y diagnósticos inciertos.
En este contexto, la isquemia con arterias coronarias no obstructivas (INOCA) representa una causa relevante y frecuentemente subdiagnosticada de angina persistente, atribuible a mecanismos como la disfunción microvascular o el vasoespasmo coronario.
Durante el Congreso AHA 2025, se presentaron los resultados del estudio CorCMR, ensayo prospectivo, multicéntrico, paralelo, aleatorizado 1:1, doble ciego y de superioridad, que comparó el manejo guiado por resonancia magnética cardíaca (CMR) de perfusión bajo estrés con el manejo guiado por angiografía en pacientes con dolor torácico y arterias coronarias no obstructivas.
Entre el 9 de febrero de 2021 y el 18 de agosto de 2023, se reclutaron 273 pacientes ambulatorios en tres hospitales del oeste de Escocia (población 2,5 millones) que habían sido sometidos a angiografía coronaria invasiva por dolor torácico sin evidencia de enfermedad obstructiva.
La CMR de perfusión estrés/reposo se realizó dentro de los tres meses posteriores a la angiografía, en un equipo de 1.5 Tesla con protocolo estandarizado. El estrés vasodilatador se indujo con adenosina intravenosa (140 μg/kg/min por 4 minutos, aumentando a 210 μg/kg/min si la respuesta era insuficiente). El mapeo cuantitativo del flujo sanguíneo miocárdico se efectuó según el método de Kellman et al.
Los resultados se utilizaron para definir el diagnóstico final (endotipo) según criterios estandarizados:
- Angina microvascular
- Angina vasoespástica
- Dolor torácico no cardíaco
- Enfermedad coronaria obstructiva oculta
En el grupo de intervención, los resultados de la CMR se comunicaron al equipo clínico para guiar diagnóstico y tratamiento; en el grupo control, se mantuvieron ciegos. Los pacientes y médicos responsables permanecieron ciegos a la asignación para evitar sesgos en la atención.
La variable primaria del estudio diagnóstico fue la reclasificación del diagnóstico inicial basado en la angiografía.
El seguimiento se completó a los 6 y 12 meses, con una mediana de seguimiento de ≈385 días en ambos grupos.
Se incluyeron 250 pacientes (edad media 63,3 años, 51% mujeres) con dolor torácico y arterias coronarias no obstructivas.
- 56 (22%) tenían antecedentes de ≥1 angiografía previa.
- 14 (5,6%) habían sido sometidos a pruebas invasivas de función coronaria.
Reclasificación diagnóstica
Tras la CMR, el diagnóstico inicial fue reclasificado en 131 pacientes (53%; IC 95%: 46,6–59,3%; p<0.001), cumpliéndose el objetivo primario del estudio diagnóstico.
La angina microvascular fue el diagnóstico más frecuentemente corregido, pues previamente se había interpretado como dolor torácico no cardíaco.
Hallazgos incidentales y seguridad
Se identificaron 4 hallazgos clínicamente significativos (2 miocarditis y 2 miocardiopatías).
No se registraron eventos adversos relacionados con la CMR de estrés.
Resultados clínicos
El conocimiento de los resultados del flujo sanguíneo miocárdico en el grupo guiado por CMR permitió una identificación más precisa de la causa de la angina y se asoció con mejoras significativas en los síntomas y la calidad de vida:
- +18 puntos en el SAQ a los 6 meses y +22 puntos al año, frente a <1 punto en el grupo control.
- La diferencia entre grupos alcanzó ≈21 puntos a los 12 meses, reflejando una mejoría clínicamente significativa.
¿Qué nos deja este estudio?
En este ensayo aleatorizado y doble ciego, la comunicación de los resultados del flujo sanguíneo miocárdico medido por CMR de estrés en pacientes con dolor torácico y arterias coronarias no obstructivas mejoró la precisión diagnóstica, los síntomas de angina y la calidad de vida.
La angina microvascular, frecuentemente mal diagnosticada como dolor no cardíaco tras una angiografía estándar, fue correctamente identificada mediante CMR, lo que permitió implementar un tratamiento personalizado.
Los beneficios fueron consistentes en ambos sexos, reforzando la importancia de esta estrategia diagnóstica, particularmente en mujeres, en quienes el INOCA está subdiagnosticado.
El estudio CorCMR aporta evidencia robusta de que la angiografía coronaria sin evaluación funcional es insuficiente en pacientes con sospecha de INOCA. La incorporación sistemática de la CMR de perfusión bajo estrés podría transformar el abordaje clínico del dolor torácico no obstructivo, orientando hacia una medicina más precisa y centrada en el paciente.
