La pandemia de COVID-19 originó un aumento de pacientes en estado crítico que requirió internación en unidades de cuidados intensivos (UCI). Los síntomas posteriores a la internación en UCI, pueden dividirse dentro del dominio físico, mental y cognitivo y se asocian con un mayor riesgo de mortalidad al año, mayor costo de atención sanitaria y una menor calidad de vida.
Estudios recientes han demostrado que los pacientes que requieren internación en UCI por COVID-19 experimentan síntomas a corto plazo en los tres dominios, sin embargo, se desconoce los síntomas reportados por los pacientes al año del alta.
Hidde Heesakker y cols. realizaron un estudio de cohorte, prospectivo y multicéntrico en las UCI de 11 hospitales holandeses con el objetivo de evaluar la aparición de síntomas físicos, mentales y cognitivos entre los pacientes con COVID-19 un año después de la internación en la UCI.
Se incluyeron los pacientes de 16 años o más, que ingresaron a UCI por COVID-19 durante la primera ola de la pandemia, entre el 1 de marzo al 1 de julio de 2020, y que fueron dados de alta. Fueron seguidos durante un año, siendo la fecha de seguimiento final el 16 de junio de 2021.
El punto final primario fue la aparición de síntomas físicos, mentales y cognitivos 1 año después del ingreso a la UCI. Estos síntomas fueron medidos utilizando cuestionarios validados y completados por los pacientes o por un apoderado si el paciente no podía hacerlo.
Los síntomas físicos fueron evaluados a través de la : fragilidad (puntuación de la Escala de fragilidad clínica ≥5), fatiga (puntuación de la subescala de Fuerza individual-fatiga ≥27), y problemas físicos.
Los síntomas mentales evaluados fueron la ansiedad (puntuación de la subescala de Ansiedad y Depresión hospitalaria {HADS} ≥8), depresión (puntuación de la subescala HADS ≥8), y trastorno de estrés postraumático (puntuación media de la Escala de impacto de los acontecimientos ≥1. 75), y los síntomas cognitivos se definieron con una puntuación ≥43 del Cuestionario de Insuficiencia Cognitiva-14.
Se incluyeron 301 pacientes de los cuales el 81.5% completaron los cuestionarios de seguimiento al año.
La edad media de estos pacientes fue de 61.2±9.3 años con un 71.5% de hombres , y una mediana de estadía en UCI de 18.5 días (RIC 11-32).
Un año después del tratamiento en la UCI por COVID-19, el 74.3% de los pacientes informaron de síntomas físicos, 26.2% síntomas mentales y el 16.2% síntomas cognitivos.
Globalmente, el 30,6% de los supervivientes informó síntomas en al menos 2 dominios, y el 10,5% experimentó síntomas en los 3 dominios 1 año después del tratamiento en la UCI.
Además, el 57,8% de los supervivientes que estaban empleados previo al ingreso en la UCI informaron problemas relacionados con el trabajo (trabajar menos horas que antes o seguir de baja).
Con respecto a los síntomas físicos, el 6.1% de los pacientes informaron sentirse frágiles, y el 56.1% reportaron fatiga. Los síntomas más frecuentemente reportados fueron la debilidad generalizada (38.9%), la rigidez articular (26,3%), el dolor articular (25,5%), la debilidad muscular (24,8%), mialgias (21,3%) y disnea (20,8%).
El 17,9% de los pacientes dados de alta declararon síntomas de ansiedad, el 18,3% de depresión y el 9,8% síntomas de trastorno de estrés postraumático.
¿Qué podemos recordar?
Este estudio exploratorio de pacientes de 11 hospitales holandeses que sobrevivieron 1 año tras una internación por COVID-19 en UCI, demostró que los síntomas físicos, mentales o cognitivos son frecuentemente reportados.