La litotricia intravascular (IVL, Intravascular Lithotripsy; Shockwave Medical/Johnson & Johnson MedTech) se ha consolidado en los últimos años como una de las principales estrategias para el tratamiento de las lesiones coronarias calcificadas, debido a su facilidad de uso y elevado perfil de seguridad. Aprobada por la FDA en 2021 tras los resultados del ensayo DISRUPT CAD III, la IVL demostró eficacia y seguridad en la modificación del calcio, aunque su elevado costo ha limitado su acceso en muchos centros.
En este contexto, se presentaron en el Congreso TCT 2025 los resultados de dos ensayos aleatorizados que compararon alternativas a la LIV: el ensayo SHORT-CUT, que evaluó balones de corte frente a IVL, y el VICTORY, que comparó balones no complacientes de alta presión con IVL. Ambos estudios analizaron si estas estrategias podían ofrecer resultados comparables en términos de expansión del stent y seguridad a corto plazo.
El estudio SHORT-CUT se realizó en 21 centros de Estados Unidos e incluyó 413 pacientes con una edad media de 72 años; y un 75% de hombres, con angina estable, angina inestable o sindrome coronario agudo sin elevación del ST, y lesiones coronarias moderada a severamente calcificadas que requerían intervencion coronaria percutanea (ICP)
Los criterios de inclusión exigían una lesión de novo con estenosis ≥70% o entre 50–70% con evidencia de isquemia. Se estratificó a los pacientes según la planificación o no de aterectomía previa a la preparación de la lesión.
Los participantes fueron aleatorizados a preparación de la lesión con balón de corte o IVL.
El punto final primario fue el área luminal mínima postprocedimiento en el sitio de máxima calcificación, determinada por ultrasonido intravascular (IVUS) en un laboratorio central.
Se recomendó fuertemente el uso de IVUS de alta definición antes de la aleatorización para confirmar la calcificación significativa y ajustar el tamaño de los dispositivos.
El estudio VICTORY, conducido en tres centros (dos en Suiza y uno en Canadá), incluyó 282 pacientes (edad media 71 años; 85% hombres) con enfermedad coronaria aguda o crónica (excepto infarto con supera ST o shock cardiogénico) y evidencia de isquemia. Todos presentaban una lesión de novo con estenosis ≥70% o 50–70% con signos de isquemia y calcificación significativa.
Los participantes fueron aleatorizados a preparación de la lesión con balón no complaciente OPN de alta presión (SIS Medical AG) o con IVL Shockwave.
El criterio primario fue la expansión final del stent, evaluada mediante OCT, expresada como porcentaje respecto al tamaño de referencia.
SHORT-CUT
El área luminal mínima posprocedimiento fue 8,6 mm² en el grupo IVL y 8,0 mm² en el grupo balón de corte, con una diferencia media de 0,6 mm² (límite superior del IC: 1,1 mm²), lo que estableció la no inferioridad del balón de corte (p = 0,007). No se demostró superioridad entre grupos.
Un análisis de subgrupos mostró una interacción significativa (p = 0,044): los balones de corte fueron no inferiores en pacientes con aterectomía planificada, pero no en aquellos sin aterectomía planificada. Sin embargo, los autores señalaron que esta diferencia podría estar relacionada con vasos de referencia ligeramente menores en el grupo tratado con balón de corte.
Los resultados de imagen adicionales, así como los eventos clínicos intrahospitalarios y a 30 días, fueron similares en ambos grupos, con bajas tasas de complicaciones.
El análisis económico reveló que el uso de balones de corte permitió un ahorro promedio de USD 3.602 por procedimiento, principalmente por el menor costo del dispositivo comparado con IVL.
SHORT-CUT demostró que ambos dispositivos son eficaces y seguros para la modificación del calcio guiada por IVUS, sugiriendo que el balón de corte puede considerarse una primera opción razonable y costo-efectiva, reservando IVL para los casos en que se requiera una mayor expansión del calcio.
VICTORY
El tiempo medio del procedimiento fue de 70 minutos con el balón no complaciente frente a 79 minutos con IVL (p = 0,061), sin diferencias significativas.
Una mayor proporción de pacientes tratados con IVL requirieron balones semicomplacientes o no complacientes antes del uso del dispositivo de estudio, mientras que el número medio de dispositivos utilizados fue mayor en el grupo de balón no complaciente (1,35 vs 1,04; p < 0,001).
La expansión final del stent fue 85% con el balón no complaciente y 84% con IVL. Con un margen de no inferioridad del 10%, se demostró la no inferioridad del balón no complaciente respecto a IVL (p < 0,0001), sin diferencias de superioridad. Los resultados fueron consistentes en todos los subgrupos analizados.
No se observaron diferencias en los resultados secundarios, ni en la seguridad ni en los eventos clínicos a 30 días. La tasa de éxito procedimental y estratégico fue alta y comparable entre ambos grupos. Los pacientes serán seguidos hasta 2 años para evaluar resultados clínicos tardíos.
¿Qué nos dejan estos estudios?
Los ensayos SHORT-CUT y VICTORY confirman que los balones de corte y los balones no complacientes de alta presión son alternativas seguras, eficaces y significativamente más económicas a la litotricia intravascular en el tratamiento de lesiones coronarias severamente calcificadas.
Si bien la IVL continúa siendo una herramienta valiosa por su simplicidad y alta tasa de éxito, estos resultados apoyan una estrategia basada en balones como primera elección en lesiones cruzables, reservando IVL como opción de respaldo en casos refractarios o de difícil expansión.
Las implicaciones económicas son particularmente relevantes en regiones donde la IVL no cuenta con reembolso hospitalario, donde los balones de corte y los balones de alta presión pueden representar una alternativa costo-efectivasin comprometer los resultados clínicos.
