El shock cardiogénico secundario a infarto agudo de miocardio (SC-IAM) complica entre el 8 % y el 10 % de los infartos con elevación del ST (IAMCEST), con una mortalidad hospitalaria cercana al 50 %.
El ensayo DanGer Shock (Danish-German Cardiogenic Shock Trial) fue el primero en demostrar un beneficio en la supervivencia con el uso de la bomba de flujo microaxial (mAFP) en el tratamiento del SC-IAM, a pesar de un mayor riesgo de complicaciones asociadas al dispositivo.
Datos recientes de una cohorte de ingresos en unidades de cuidados intensivos cardíacos de América del Norte (2019-2023) indican que solo el 32 % de los pacientes con SC-IAM cumplían con los criterios de inclusión del ensayo DanGer Shock. Por lo tanto, estos hallazgos pueden no ser completamente extrapolables a la práctica clínica general del SC-IAM en la comunidad. Comprender mejor la prevalencia y el manejo actual de esta condición es clave para facilitar la implementación de los resultados del ensayo en la atención diaria.
El presente análisis presentado durante el Congreso ACC 2025 y publicado por Eric P. Cantey en JACC evalúa el manejo intraprocedimiento del SC-IAM en una cohorte con características similares a las del ensayo DanGer Shock en el estado de Michigan.
El registro BMC2 es una iniciativa de mejora de la calidad que incluye a todos los hospitales no federales que realizan intervenciones coronarias percutáneas en Michigan. Los datos prospectivos a nivel individual se recopilan a través del sistema CathPCI del National Cardiovascular Data Registry (NCDR), complementados con variables adicionales diseñadas para impulsar la mejora de la calidad a nivel estatal.
Para formar una cohorte comparable a la del DanGer Shock, se incluyeron en el análisis todos los procedimientos de ICP por IAMCEST complicado por SC-IAM realizados entre abril de 2018 y marzo de 2024 en 50 centros de Michigan.
Para evaluar los patrones actuales de manejo del SC-IAM, los pacientes fueron estratificados según la estrategia de soporte circulatorio mecánico (SCM) empleada durante la intervención. Se identificaron cuatro estrategias principales: manejo sin SCM, uso de balón de contrapulsación intraaórtico (BCIA), utilización de mAFP y empleo de otros dispositivos, incluyendo la oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO) y combinaciones de dispositivos. Además, se analizó el uso del cateterismo del corazón derecho como herramienta de monitoreo hemodinámico.
De un total de 24,744 angioplastias primarias (ATCp) realizadas en pacientes con IAMCEST, el 9.7 % se complicó con SC-IAM. Se excluyó al 38.8 % de estos pacientes, principalmente por deterioro neurológico persistente tras un paro cardíaco. En el análisis final de 1,465 pacientes con SC-IAM, el 49.4 % no recibió soporte mecánico, el 24.2 % fue tratado con BCIA, el 24.9% con mAFP y el 1.5 % con otros dispositivos, incluyendo ECMO en 14 casos.
El uso de SCM varió significativamente entre los centros. Cada hospital trató una mediana de 23.5 casos de SC-IAM por año, con una tasa de utilización de mAFP del 24.0 %. En cuanto al volumen de casos por operador, 307 cardiólogos intervencionistas participaron en el tratamiento de al menos un caso, con un volumen mediano anualizado de 0.67 casos por año. La utilización de mAFP no se correlacionó con el volumen de casos de SC-IAM.
El uso de cateterismo derecho se observó en el 30.5 % de los casos, con mayor frecuencia en pacientes tratados con mAFP (62.4 %) y otros dispositivos avanzados (63.6 %).
Entre los pacientes tratados con mAFP, se observó una considerable variabilidad entre centros en el uso de cateterismo derecho. La utilización de cateterismo derecho se correlacionó significativamente con el volumen de casos de SC-IAM por centro
¿Qué podemos recordar?
El SC-IAM es un evento poco frecuente en la mayoría de los hospitales, lo que limita la experiencia en el uso de mAFP.
Los autores remarcan que la implementación exitosa de los hallazgos del ensayo DanGer Shock en la práctica clínica actual requerirá el desarrollo de protocolos específicos para el manejo del shock, así como la creación de redes de atención en un modelo hub-and-spoke para optimizar el tratamiento de los pacientes con SC-IAM.