A pesar de los avances logrados en las estrategias de prevención y tratamiento, las enfermedades cardiovasculares continúan siendo la principal causa de morbilidad y mortalidad a nivel global. Dentro de este grupo, las enfermedades cardiovasculares ateroscleróticas (ECVA), en particular la enfermedad coronaria, representan una proporción sustancial de esta carga, lo que pone de manifiesto la necesidad de optimizar la evaluación y el manejo del riesgo cardiovascular.
La aterosclerosis es un proceso multifactorial impulsado por factores de riesgo tradicionales —como dislipidemia, hipertensión arterial y tabaquismo— junto con características no modificables como la edad y el sexo. Sin embargo, una proporción significativa del riesgo cardiovascular persiste aún cuando estos factores se encuentran adecuadamente controlados. En este contexto, la inflamación ha sido reconocida como un determinante clave del riesgo residual, con un rol causal en el desarrollo y la progresión de la enfermedad aterosclerótica.
La proteína C reactiva de alta sensibilidad (hsCRP) se ha consolidado como un biomarcador ampliamente disponible para estimar el riesgo inflamatorio residual. Diversos estudios han demostrado su valor predictivo para eventos cardiovasculares, incluso en individuos sin ECVA conocida y con factores de riesgo convencionales en objetivos terapéuticos. No obstante, su incorporación sistemática en la práctica clínica, particularmente en el ámbito de la prevención primaria, continúa siendo motivo de debate.
En este escenario, resulta fundamental contar con evidencia robusta que permita definir el rol clínico de la hsCRP en la estratificación del riesgo cardiovascular. El presente estudio evalúa el valor pronóstico independiente de la hsCRP, su estabilidad en el tiempo y su capacidad para mejorar los modelos de riesgo establecidos en individuos sin ECVA conocida.
Se realizó un estudio poblacional en el que se midieron los niveles de hsCRP en 448.653 participantes del UK Biobank sin diagnóstico previo de ECVA. La asociación entre los niveles de hsCRP y la ocurrencia de eventos cardiovasculares adversos mayores (MACE), la muerte cardiovascular y la mortalidad por todas las causas se evaluó mediante modelos de riesgos proporcionales de Cox, ajustados por covariables clínicas relevantes.
En un subgrupo de 15.967 participantes se efectuó una segunda medición de hsCRP luego de un seguimiento medio de 4,4 años, con el objetivo de evaluar la estabilidad temporal del biomarcador.
La cohorte analizada presentó una edad mediana de 57 años y un predominio femenino (55,4%). La mediana de hsCRP fue de 1,32 mg/L. La medición repetida de hsCRP demostró una buena estabilidad a largo plazo, lo que refuerza su utilidad como biomarcador clínico.
En los modelos ajustados, los individuos con niveles de hsCRP >3 mg/L presentaron un 34% mayor riesgo de MACE, así como un 61% y 54% más de riesgo de muerte cardiovascular y mortalidad por todas las causas, respectivamente, en comparación con aquellos con hsCRP <1 mg/L.
Al utilizar un punto de corte de hsCRP ≥2 mg/L, los sujetos mostraron un 22% más de riesgo de MACE, junto con un 37% y 34% mayor riesgo de muerte cardiovascular y mortalidad por todas las causas, respectivamente, en comparación con valores <2 mg/L. Estas asociaciones se mantuvieron consistentes a lo largo de los distintos subgrupos analizados.
Desde el punto de vista de la predicción del riesgo, el desempeño de la hsCRP superó al de los factores de riesgo convencionales. La integración de la hsCRP al puntaje SCORE2 permitió mejorar la estratificación del riesgo y se asoció con una mejora neta total en la reclasificación del 14,1% para la predicción de MACE.
¿Qué nos deja este estudio?
Este estudio confirma a la hsCRP como un predictor clínicamente relevante de eventos cardiovasculares en individuos sin ECVA conocida. Su medición permite identificar riesgo inflamatorio residual, incluso en sujetos con factores de riesgo tradicionales controlados, y mejora la capacidad predictiva de los modelos de estratificación de riesgo.
Estos resultados respaldan la evaluación de la hsCRP en el ámbito de la prevención primaria y refuerzan su potencial rol como herramienta complementaria para una estrategia de prevención cardiovascular más personalizada y precisa.
