En las últimas décadas se ha observado una incidencia creciente de shock cardiogénico (SC), con un efecto socioeconómico deletéreo concomitante en los sistemas de salud. A su vez, la mayoría de los estudios que evalúan estrategias terapéuticas para esta entidad clínica se encuentran centrados en la implementación de dispositivos de asistencia ventricular mecánica (LVAD), con escasa representación de nuevas terapias farmacológicas.
El principal mecanismo implicado en la morbimortalidad acarreada por el SC es la disfunción ventricular izquierda. A su vez, este detrimento del gasto cardiaco se encuentra asociado a una reacción inflamatoria exacerbada, conllevando a una extravasación del lecho capilar con daño estructural de la microvasculatura y vasodilatación. En este contexto, la adrenomedulina (péptido endógeno sintetizado por células endoteliales y células del músculo liso vascular) presenta un rol crucial en la función de la barrera endotelial, control de la presión arterial y tono vascular. Así, el deterioro del sistema de adrenomedulina puede conllevar a un incremento del leak vascular y edema sistémico.
La adrenomedulina ha demostrado ser un biomarcador importante en el contexto de SC, ya que sus niveles plasmáticos elevados se asociaron a un incremento de la mortalidad a corto y mediano plazo, deterioro del índice cardíaco y la presión arterial media durante los primeros 10 dias de hospitalizacion (Estudio CardShock). Así, el anticuerpo monoclonal adrecizumab favorece la redistribución de la adrenomedulina, incrementando sus niveles plasmáticos (disminuyendo el leak vascular), y disminuyendo sus concentraciones en el intersticio (disminuyendo al vasodilatación).
El objetivo del presente estudio, presentado durante las sesiones Hot Line durante el primer día del congreso ESC 2021 por el Dr. Mahir Karakas, fue determinar el impacto de la administración de adrecizumab en el contexto de un SC.
Fue un estudio multicéntrico, aleatorizado, placebo controlado, iniciado por investigador, que aleatorizó a pacientes con SC en relación 1:1 a recibir tratamiento con adrecizumab (8 mg/kg) al inicio del estudio o placebo. Se analizó como objetivo primario de eficacia al número de días más allá del mes sin requerimientos de drogas vasoactivas o soporte con LVAD (VA-ECMO, Impella). Como objetivo primario de seguridad se analizó la mortalidad por todas las causas.
En pacientes con shock cardiogénico, la administración del anticuerpo monoclonal adrecizumab no presentó un impacto positivo en términos del incremento de la sobrevida a 30 y 90 días, con una buena tolerancia y baja incidencia de eventos adversos asociados.
Se incluyeron un total de 150 pacientes (77 grupo adrecizumab, 73 placebo). La edad promedio de la poblacion muestral analizada fue de 66.1 años, con un 79.3% de sexo masculino. El 48.7% presentó al infarto agudo de miocardio (IAM) como causa etiológica del SC, mientras que el 51.3% presentó otro mecanismo. Las características basales se encontrarón bien balanceadas entre ambos grupos, haciendo hincapié en el elevado porcentaje de pacientes con requerimientos de LVAD en la cohorte analizada (18.7% VA-ECMO, 23.3% Impella).
A los 30 días de seguimiento, no se observaron diferencias estadísticamente significativas en términos del objetivo primario de eficacia entre los grupos analizados (12.4% adrecizumab vs. 14.05% placebo, diferencia ajustada -1.65 [IC95% -5.34; 2.05]; p=380). Tampoco se observaron diferencias en términos de mortalidad por todas las causas, mortalidad cardiovascular, tiempo total de estadía hospitalaria y requerimientos de asistencia respiratoria mecánica a 30 y 90 días entre ambos grupos de interés. El tratamiento con adrenocizumab fue bien tolerado con una escasa incidencia de eventos clínicos adversos concomitantes.
Mediante el análisis de subgrupos, la etiología del SC presentó un rol determinante, ya que aquellos pacientes con etiología de IAM presentan peor evolución clínica bajo el tratamiento con adrecizumab, en relación al placebo (p de interacción = 0.041). No se observaron diferencias en términos de ningún evento clínico analizado en relación a la concentración de adrenomedulina plasmática (considerando un punto de corte a 70 pg/mL).