En la actualidad, se observa alrededor del mundo una elevada prevalencia de hipertensión arterial e hipercolesterolemia sin un tratamiento médico adecuado. Así, el 30-50% de los pacientes portadores de estos factores de riesgo cardiovascular no reciben un tratamiento médico óptimo de acuerdo a las guías de manejo clínico, y la mayoría del tratamiento prescrito se basa en drogas genéricas.
En las últimas décadas se ha observado el advenimiento de la utilización de plataformas remotas en el ámbito de la salud, lo cual ha revolucionado la práctica médica contemporánea. En este contexto, se ha postulado el debate si el acceso a esta “salud digital” podría incrementar la desigualdad en el acceso a la salud de diversas poblaciones de pacientes.
Durante las sesiones del primer día del Congreso AHA 2021, el Dr. Alexander Blood presentó un programa de salud remota el cual tuvo como principal objetivo optimizar el tratamiento de la hipertensión arterial y dislipemia, y corroborar la hipótesis de un escaso seguimiento longitudinal en pacientes con elevado riesgo cardiovascular como causante del tratamiento médico deficiente.
Se contemplaron los registros clínicos de un programa de salud perteneciente a un centro de salud de los Estados Unidos (Mass General Brigham), cuyo inicio data del 2018. Los pacientes del programa fueron identificados mediante datos de salud electrónicos (EHR) utilizados para la búsqueda de pacientes con posibilidad de implementar estrategias de optimización del manejo de la hipertensión arterial y del descenso del colesterol LDL (c-LDL). Así, el manejo de la hipertensión y la dislipemia fue posible mediante herramientas basadas en Wifi, teléfonos celulares o dispositivos con Bluetooth.
El programa de salud remota constaba de 3 pilares fundamentales:
- Pacientes en la comunidad: agentes sin licencia de salud, que instruían con información a la comunidad y eran referentes dentro del sistema.
- Farmacéuticos: encargados de prescribir y titular la medicación como parte de un manejo colaborativo de fármacos dentro del programa.
- Tecnología digital: plataforma de relación directa con los pacientes, el principal canal de comunicación.
La estrategia de seguimiento y tratamiento fue llevada a cabo mediante un programa de salud automatizado remoto basado en algoritmo, a través de llamadas telefónicas, determinaciones remotas de valores de la presión arterial, resultados remotos de parámetros de laboratorio y elaboración de prescripciones médicas a distancia.
Del total de pacientes incluidos para el análisis (n=10803), el 12% solo seleccionaron un programa de educación, siendo la cohorte remanente (9547) divididos al programa de manejo de lípidos (n=6887), o al manejo de hipertensión arterial (n=3367). Del total de pacientes incluidos en cada uno de los programas de manejo de salud remoto, el 40% se mantuvo en el mismo en ambos grupos analizados hasta la finalización del periodo de seguimiento.
Un programa de salud remota basado en un algoritmo de manejo logro a nivel poblacional una reducción de la hipertensión arterial y las concentraciones plasmáticas de colesterol LDL, reafirmando la dificultad del seguimiento longitudinal de grandes cohortes de pacientes con alto riesgo cardiovascular.
El 12% del total de la cohorte analizada era mayor de 75 años, con un predominio de sexo femenino (55%). Un tercio de los pacientes presentaba antecedentes conocidos de enfermedad coronaria ateroesclerótica (ECA), mientras que un 22% presentaba diabetes mellitus sin ECA. A su vez, el 26% se encontraba con valores plasmáticos de c-LDL>190 mg/dL en ausencia de ECA o diabetes.
Se observó que en los pacientes que mantuvieron la adherencia al programa de salud remota, los valores de presión arterial arterial presentaron una reducción estadísticamente significativa en relación a sus determinaciones basales, con datos comparables en los diferentes subgrupos de razas analizadas (p<0001 para todas las comparaciones).
Las cifras de c-LDL presentaron una reducción estadísticamente significativa en relación a la determinación basal, tanto en el subgrupo de pacientes con adherencia constante al programa (c-LDL -70mg/dL), como en el total de la cohorte analizada (c-LDL -45mg/dL; p<.0001 para ambas comparaciones).
En términos del tratamiento médico prescrito, se observó en aquellos pacientes que mantuvieron constante la adherencia al programa un incremento estadísticamente significativo en la prescripción de estatinas a altas dosis, ezetimibe e inhibidores del receptor PCSK9, en relación a la medicación prescrita al ingreso al programa )p<0.001 para todas las comparaciones).
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Médico Cardiólogo UBA-SAC - Residente de Hemodinamia y Cardiología Intervencionista en Hospital Italiano de Buenos Aires - Editor MedEcs.