La presencia de concentraciones elevadas de colesterol remanente, entendido como el colesterol total menos la concentración de lipoproteína de colesterol de baja densidad (C-LDL) y de alta densidad (C-HLD)se ha identificado como un factor de riesgo para la ocurrencia de cardiopatía isquémica. Así, el colesterol remanente conformado por triglicéridos ricos en lipoproteínas de muy baja e intermedia densidad y quilomicrones remanentes se asocian a un proceso dependiente de inflamación a un incremento y progresión de ateroesclerosis y eventos clínicos adversos en el seguimiento.
La Guías de Prevención y Manejo Clínico recomiendan la determinación de las concentraciones de colesterol total y C-HDL para la predicción del riesgo cardiovascular a 10 años. En este contexto, el colesterol remanente como factor predictor de riesgo adicional a los factores convencionales podría incrementar la predicción de riesgo e identificar el subgrupo de pacientes candidatos para la administración precoz y oportuna de estatinas.
El objetivo del presente estudio realizado por Takahito Doi y colaboradores de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) fue analizar el beneficio de la incorporación del colesterol remanente a los factores de riesgo cardiovascular convencionales en términos del incremento en la reclasificación de riesgo de infarto agudo de miocardio (IAM) y cardiopatía isquémica.
Se realizó con este propósito un seguimiento por más de 10 años de 41928 individuos pertenecientes a una cohorte danesa (Copenhagen General Population Study) con antecedentes de enfermedad cardiovascular, diabetes mellitus y tratamiento con estatinas. Mediante un valor de corte preespecificado de la concentración de colesterol remanente subdividido según percentilos, se calculó el índice de reclasificación neto (NRI) del 5%, 7.5% y 10% para la predicción de riesgo de IAM y/o cardiopatía isquémica (definida como el compuesto de muerte por causa isquémica, IAM y revascularización coronaria).
La incorporación del colesterol remanente a los factores de riesgo cardiovascular convencionales incrementa la estratificación de riesgo cardiovascular a 10 años.
La edad promedio de la población muestral incluida (n=41928) fue de 57 años, con un 57% de sexo femenino y un promedio de colesterol total de 220 mg/dL. Se observó que, dentro del subgrupo de individuos con un colesterol remanente por encima del percentilo 95 (>61 mg/dL), incorporar el colesterol remanente a los factores de riesgo cardiovasculares convencionales reclasificó de forma correcta (de presentar menos de 5% a más de 5% de riesgo) el riesgo a 10 años del 23% de los individuos con antecedentes de IAM, y al 21% con antecedentes de cardiopatía isquémica, respectivamente.
A su vez, la incorporación del colesterol remanente a la predicción de riesgo de los factores convencionales reclasificó de forma correcta (en términos de presentar más del 10%) de riesgo al 10% de los individuos con antecedentes de IAM (IC95% 1-20), y al 5% del subgrupo con antecedentes de cardiopatía isquémica (IC95% -3-13). A su vez, al analizar los porcentajes generales en el cambio de reclasificación (desde menos de 5% a más de 10%), el 42% de los individuos fue correctamente reclasificado para IAM, mientras que el 41% fue reclasificado apropiadamente para la ocurrencia de riesgo de cardiopatía isquémica.
Luego del análisis de sensibilidad que incorporó las concentraciones de triglicéridos y apolipoproteína B en el modelo basal, el porcentaje de individuos correctamente reclasificados fue menor en relación al modelo inicial.
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Médico Cardiólogo UBA-SAC - Residente de Hemodinamia y Cardiología Intervencionista en Hospital Italiano de Buenos Aires - Editor MedEcs.