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Obesidad Infantil: Proyección a la Adolescencia y Adultez
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Obesidad Infantil: Proyección a la Adolescencia y Adultez

J. Ildefonzo Arocha Rodulfo
  • Documento del Grupo de Trabajo para la Salud Infantil de la Asociación Europea de Cardiología Preventiva (EAPC) de la Sociedad Europea de Cardiología y el Grupo Europeo de Obesidad Infantil (ECOG)

El crecimiento imparable de la obesidad infantil es un fenómeno ampliamente reconocido en la mayoría de los paises del mundo, como se evidencia en las siguientes cifras:

  • En 1975, menos del 1% de los niños y adolescentes de 5 a 19 años eran obesos (equivalente a cinco millones de niñas y seis millones de niños), porcentajes que se incrementaron drásticamente en el año 2016, alcanzando el 6% de niñas (50 millones) y 8% de niños (74 millones), lo que representa un incremento de 10 veces en este lapso, pasando de 11 a 124 millones (1).
  • Para el año 2020, se estimó que 39 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso o eran obesos (2).
  • Entre los jóvenes de 10 a 19 años, las estimaciones señalan que el sobrepeso y la obesidad afectan a uno de cada cuatro.

Estas cifras son aún más preocupantes cuando se considera el riesgo futuro de afecciones cardiometabólicas, como bien lo describen en el documento de la EAPC/ECOG (3):

  • Los niños con un índice de masa corporal (IMC) alto tienen un 40% más de probabilidades de sufrir enfermedad cardiovascular aterosclerótica (ECVA) en la mediana edad.
  • En comparación a sus compañeros con un peso saludable, los niños obesos tienen cinco veces más probabilidades de convertirse en adultos obesos.
  • Aquellos niños que presentan una combinación de factores de riesgo, como el tabaquismo y el IMC alto, la presión arterial y los lípidos en la sangre, tienen un riesgo de dos a nueve veces mayor de sufrir un evento cardíaco o cerebral en la mediana edad.
  • El aumento mundial de la obesidad infantil, en gran medida está impulsado por una mayor inactividad física, lo cual se ha relacionado con una mayor prevalencia de presión arterial alta, lípidos elevados en sangre y glucosa en sangre en la infancia.
  • Esta combinación de factores está a su vez relacionada con daños en las arterias y el corazón, que pueden revertirse con ejercicio en los niños, aunque menos efectivos en adultos.

 

Hábitos saludables

El documento sostiene que la prevención de la ECVA en adultos a través de intervenciones durante la infancia está respaldada por el hecho de que los hábitos dietéticos y las preferencias alimentarias se forman temprano en la vida, y que el estilo de vida y los hábitos alimentarios relacionados con la familia tienden a mantenerse a lo largo de la vida. Por lo tanto, es crucial que los hábitos saludables perduren hasta la edad adulta, lo que da más ímpetu al argumento para intervenir desde ahora.  

Sedentarismo y actividad física

Los jóvenes en edad escolar deben realizar al menos 60 minutos al día de actividad física aeróbica de moderada a vigorosa. Además, deben llevar a cabo actividades de fortalecimiento muscular con ejercicios de resistencia al menos tres veces por semana. Por consiguiente, el tiempo sedentario, particularmente aquel dedicado a las pantallas, debe ser limitado y cumplirse estrictamente. Sin embargo, lamentablemente, más de las tres cuartas partes de los adolescentes (81%) no cumple con las recomendaciones de la práctica de actividad física (4).

Las pautas actuales de la OMS (5,6) establecen que para el grupo de edad de 5 a 17 años se debe realizar diariamente actividad física moderada a vigorosa durante 60 minutos, teniendo en cuenta que un mayor tiempo invertido en una conducta sedentaria está relacionada con un deterioro en la salud en general (7).

Alimentación

En cuanto a la dieta, los niños deben tomar un desayuno adecuado, evitar comer entre comidas, realizar tres comidas y no más de dos meriendas por día, limitar el tamaño de las porciones, evitar alimentos de alto contenido calórico y bajos en nutrientes como los jugos de frutas de procedencia industrial o la comida rápida, aumentar la ingesta de frutas sin procesar, verduras y cereales ricos en fibra, y reducir la ingesta de grasas y azúcares.

Políticas públicas

Las estrategias en políticas públicas para la prevención de las ECVA más adelante en la vida deben ir más allá de los razonamientos conocidos, ya que  si no hay espacios para la actividad física y los alimentos nutritivos no están disponibles o no son asequibles, es muy difícil obtener resultados positivos. Algunos niños se beneficiarán del apoyo psicológico para comprender qué hábitos son problemáticos y cómo desarrollar otros nuevos. En lugar de criticar a los niños por ser inactivos y comer comida chatarra, las escuelas y los padres pueden demostrar que hacer actividad física y preparar comida saludable es divertido.

Las escuelas deben tomar la iniciativa con comidas escolares saludables, clases de cocina, educación sobre nutrición y actividad, y clubes deportivos. También se debe invitar a familiares y amigos a participar, ya que ambos influyen en el estilo de vida y el peso del niño.

Estigmatización

El documento apunta a la influencia de los medios de comunicación en la dieta de los niños. La mayoría de los niños están expuestos a la promoción y el marketing de productos como comida rápida y bebidas azucaradas hasta unas 200 veces por semana en las redes sociales. Los autores afirman que la comercialización de alimentos y bebidas no saludables debe minimizarse o prohibirse, especialmente en las escuelas, ya que influye en el comportamiento de los niños y en los hábitos familiares.

Además, el documento destaca la necesidad de evitar la estigmatización de los niños con sobrepeso y obesidad, ya que esto podría empujarlos hacia los trastornos alimentarios y la inactividad.

 

Reflexiones

El documento enfatiza la necesidad de abordar de manera integral la obesidad y los factores de riesgo que la acompañan, ya que tener más de un problema aumenta la probabilidad de enfermedad cardiovascular en la edad adulta en comparación con los niños con un IMC ideal.

Las dietas saludables y asequibles deben comenzar en el comedor escolar, y la actividad física puede promoverse a través de pausas activas en las escuelas. La educación sobre estilos de vida saludables no tendrá mucho impacto si los padres no se involucran.

A nivel escolar, por ejemplo, todos los niños y familias pueden beneficiarse de las estrategias de prevención, desde el comedor saludable hasta las pausas activas.

La mayoría de la población infantil está sometida a la promoción y el marketing de productos como comida rápida y bebidas azucaradas a través de las numerosas redes sociales.

 

¡¡¡¡¡¡¡Un adulto sano comienza con un niño saludable!!!!!!

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Referencias

1.- NCD Risk Factor Collaboration (NCD-RisC). Worldwide trends in body-mass index, underweight, overweight, and obesity from 1975 to 2016: a pooled analysis of 2416 population-based measurement studies in 128·9 million children, adolescents, and adults. Lancet. 2017 Dec 16;390(10113):2627-2642. doi: 10.1016/S0140-6736(17)32129-3.

2.- https://www.who.int/news/item/11-10-2017-tenfold-increase-in-childhood

3.- Hanssen H, Moholdt T, Bahls M, Biffi A, Siegrist M, Lewandowski AJ, et al. Lifestyle interventions to change trajectories of obesity-related cardiovascular risk from childhood onset to manifestation in adulthood: a joint scientific statement of the task force for childhood health of the European Association of Preventive Cardiology and the European Childhood Obesity Group. Eur J Prev Cardiol. 2023 Jul 25:zwad152. doi: 10.1093/eurjpc/zwad152.

4.- Guthold R, Stevens GA, Riley LM, et al. Global trends in insufficient physical activity among adolescents: a pooled analysis of 298 population-based surveys with 1·6 million participants. Lancet Child Adolesc Health 2020;4:23–35.

5.- Bull FC, Al-Ansari SS, Biddle S, Borodulin K, Buman MP, Cardon G et al. World Health Organization 2020 guidelines on physical activity and sedentary behaviour. Br J Sports Med. 2020 Dec;54(24):1451-1462. doi: 10.1136/bjsports-2020-102955.

6.- Chaput JP, Willumsen J, Bull F, Chou R, Ekelund U, Firth J, Jago R, Ortega FB, Katzmarzyk PT. 2020 WHO guidelines on physical activity and sedentary behaviour for children and adolescents aged 5-17 years: summary of the evidence. Int J Behav Nutr Phys Act. 2020 Nov 26;17(1):141. doi: 10.1186/s12966-020-01037-z.

7.- Arocha Rodulfo JI. Sedentarismo, enfermedad del siglo XXI. Clin Investig Arterioescl 2019;31(5):233-40.

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