Los inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa tipo 2 (SGLT-2) son recomendados por las guías clínicas para el tratamiento de la insuficiencia cardiaca (IC). Aunque este tratamiento puede iniciarse incluso en pacientes con enfermedad renal crónica, algunos pacientes pueden presentar experimentar un deterioro de la función renal con el transcurso del tiempo.
Durante la primera jornada del Congreso ESC 2023 se presentó un subanálisis de los estudios DAPA HF y DELIVER, realizado con el propósito de evaluar la seguridad y eficacia de la continuación de los inhibidores de SGLT-2 en la IC cuando la tasa de filtrado glomerular estimada (TFGe) cae por debajo de 25 ml/min/1.73m2.
El punto final primario de ambos estudios fue el tiempo a la primera hospitalización por IC o muerte cardiovascular.
De un total de 11.007 pacientes, el 3.2% experimento un deterioro de la TFGe a <25 ml/min/1.73m2 al menos en una ocasión durante el seguimiento.
Estos pacientes presentaban un mayor riesgo de experimentar el punto final primario compuesto (HR 1.87 IC95%: 1.48-2.35, p<0.001).
Se observó que el riesgo del punto final primario fue menor con dapagliflozina en comparación con placebo tanto en aquellos que experimentaron un deterioro de la función renal por debajo de 25 ml/min/1.73m2 (HR 0.53, IC95%: 0.33-0.83) como en aquellos que no lo hicieron (HR 0.78, IC95%: 0.72-0.86).
La tasa de eventos adversos fue mayor en los pacientes que experimentaron un deterioro en la función renal; sin embargo, las tasas de todos los eventos de seguridad, incluida la discontinuación de la droga del estudio, fueron similares entre los grupos de tratamiento independientemente del deterioro de la TFGe a < 25 ml/min/1.73m2
¿Qué podemos recordar?
Los pacientes con deterioro de la función renal con una TFGe < 25 ml/min/1.73m2 presentan un riesgo elevado de eventos cardiovasculares, sin embargo, parecen beneficiarse de la continuación del tratamiento con dapagliflozina sin que se observen excesos de eventos adversos entre los grupos de tratamiento.
Por lo tanto, la relación riesgo-beneficio podria favorecer la continuación del tratamiento con dapagliflozina en pacientes con IC que experimentan un deterioro de la función renal.
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