La angioplastia coronaria (ATC) de lesiones coronarias severamente calcificadas representa un desafío, dado que se asocia a resultados adversos. La litotricia intravascular (LIV), una tecnología innovadora que emplea un balón que emite ondas sonoras para generar fracturas del calcio de la pared vascular, ha sido evaluado en estudios de una rama y no aleatorizados como un complemento a la colocación de stents coronarios, mostrando altas tasas de éxito del dispositivo y resultados angiográficos y clínicos tempranos y favorables. Sin embargo, estos estudios se realizaron en poblciones seleccionadas, excluyendo a pacientes con síndrome coronarios agudo (SCA).
En este contexto y para abordar estas limitaciones, Oriol Rodriguez-Leor y cols. buscaron evaluar el Sistema de Litotricia Intravascular Shockwave IVL en lesiones coronarias calcificadas en pacientes del mundo real, incluidos en el Registro REPLICA-EPIC 18,
Se trata de un estudio que reclutó prospectivamente a pacientes consecutivos tratados con IVL en 26 centros de España.
El punto final primario de eficacia fue el éxito de la ATC, definido como la administración exitosa de LIV con una estenosis residual < 20% y ausencia de eventos cardiovasculares adversos mayores (MACE).
El punto final primario de seguridad evaluó los MACE a los 30 días.
Un subestudio predefinido comparó los resultados entre pacientes con síndrome coronario agudo (SCA) y crónico (SCC).
Se incluyeron 426 pacientes, con 456 lesiones que requirieron ATC, realizada en el 76.3% por vía radial.
La edad media de los participantes fue 73±10 años y un 80.3% de hombres. El 63% presentaban un SCA.
Previo a la LIV, el 49% de las lesiones se consideraron no dilatables y solo el 9.4% de las lesiones fueron tratadas directamente con LIV, sin preparación de placa.
En el 43.2% de los casos se guió el procedimiento por imágenes, ya sea con ultrasonido intracoronario o tomografía de coherencia óptica. En 102 lesiones, la LIV se realizó en stents previamente implantados, de los cuales 77 casos fueron por restenosis intrastent y 25 por infra expansión del stent.
En el 99% de los pacientes se pudo realizar con éxito la LIV.
La estenosis final intrastent fue de 15±13% sin diferencias entre los pacientes con SCA y SCC.
El 30.8% de las lesiones presentaron una estenosis intrastent final ≥20%, mientras que el 12.5%, 3% y 1.3% de las lesiones presentaron una estenosis final >30%, 40% y 50%, respectivamente.
El punto final primario de eficacia se alcanzó en el 66% de los pacientes, con tasas similares entre los pacientes con SCC y SCA (68% y 65%). Asimismo, no hubo diferencias significativas en el éxito angiográfico luego de la LIV entre los pacientes con SCA y SCC.
La tasa de MACE a 30 días fue del 3%, con una tendencia no significativa a mayor tasa de eventos en los pacientes con SCA en comparación con los SCC (5% vs. 1%, respectivamente, p=0.073).
Los resultados clínicos no difirieron significativamente en función del éxito angiográfico, incluidas las tasas de MACE (2,7% si estenosis <20% frente a 2,4% si estenosis ≥20%; p = 0. 87), muerte cardiovascular (0,8% frente a 0,8%; p = 0,97), IM no mortal (1,6% frente a 2,3%; p = 0,65), revascularización de la lesión diana (0,8% frente a 1,6%; p = 0,55) o trombosis del stent (0% frente a 1,2%; p = 0,23).
¿Qué podemos recordar?
La LIV coronaria demostró ser un procedimiento factible y seguro en un contexto real, facilitando eficazmente la implantación de stents en lesiones gravemente calcificadas.
Registrate en MedEcs y sumate a nuestra comunidad
para estar al día con las novedades en Cardiología.