La reparación transcatéter borde a borde de la válvula mitral (M-TEER) ha demostrado ser eficaz en la reducción de la insuficiencia mitral (IM) secundaria en pacientes con insuficiencia cardíaca, mejorando la supervivencia en aquellos seleccionados cuidadosamente, como lo evidenció el ensayo COAPT (Cardiovascular Outcomes Assessment of the MitraClip Percutaneous Therapy for Heart Failure Patients with Functional Mitral Regurgitation). Sin embargo, los datos sobre los resultados a largo plazo en escenarios del mundo real siguen siendo limitados.
Thomas J. Stocker y cols. buscaron evaluar la eficacia y la supervivencia a largo plazo tras la M-TEER en un amplio registro del mundo real.
Se incluyeron 1,628 pacientes con IM secundaria significativa tratados con M-TEER, procedentes del registro EuroSMR (Registro Europeo de Reparación Transcatéter para la Insuficiencia Mitral Secundaria). Los parámetros analizados incluyeron la reducción sostenida de la IM, los resultados funcionales, la tasa de supervivencia y los predictores de mortalidad por cualquier causa.
El estudio incluyó 1.628 pacientes sometidos a M-TEER con una edad media de 73.8 años y 34.9% de mujeres. El puntaje promedio de EuroSCORE II fue de 6.9% ± 8.1%.
En términos de estado funcional, el 86.6% de los pacientes se encontraban en las clases III o IV de la NYHA, reflejando una población con síntomas avanzados de insuficiencia cardíaca. La gravedad de la insuficiencia mitral fue elevada, con un 47.7% de los pacientes presentando un grado 4+ y un 48.3% un grado 3+.
Además, la población estudiada mostró una alta prevalencia de comorbilidades. Un 61.5% de los pacientes tenía fibrilación auricular, el 72.9% hipertensión arterial, el 56.3% enfermedad coronaria y el 18.7% enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Estas características reflejan un grupo de pacientes con un perfil clínico complejo y un elevado riesgo cardiovascular.
La supervivencia a largo plazo tras la reparación transcatéter borde a borde de la válvula mitral (M-TEER) en pacientes con insuficiencia mitral secundaria mostró una clara disminución con el tiempo. Las tasas de supervivencia fueron del 72.9% al primer año, 59% a los dos años y 35% a los cinco años.
Al analizar la influencia de la clase funcional NYHA y la función renal, se observaron asociaciones significativas con la supervivencia a cinco años. Los pacientes en clase funcional NYHA II alcanzaron una supervivencia del 42.8%, mientras que aquellos en clase III y IV tuvieron tasas del 38.2% y 21.7%, respectivamente (P < 0.001). De manera similar, la función renal evaluada mediante la tasa de filtración glomerular estimada (TFGe) reveló que los pacientes con una TFGe superior a 60 mL/min presentaron una supervivencia del 49.9%, mientras que los niveles entre 30-60 mL/min y por debajo de 30 mL/min se asociaron con tasas de 33.6% y 18.2%, respectivamente (P < 0.001).
Por otro lado, los pacientes que cumplían los criterios de elegibilidad del ensayo COAPT presentaron una supervivencia significativamente mayor a los cinco años en comparación con aquellos no elegibles, con tasas del 40.5% frente al 30.1% (P < 0.001).
En términos de eficacia, se logró una reducción sostenida de la insuficiencia mitral. Al alta hospitalaria, el 92.2% de los pacientes alcanzaron un grado de insuficiencia mitral ≤2+, proporción que se mantuvo en el 85.5% tras cinco años de seguimiento (P < 0.001). Además, hubo una mejora funcional significativa: la proporción de pacientes en clase funcional NYHA ≤II aumentó del 13.4% en la evaluación inicial al 60.1% a los cinco años (P < 0.001).
El grado de insuficiencia mitral residual también se asoció con diferencias en la supervivencia a cinco años. Los pacientes con insuficiencia mitral residual grado ≤1+ tuvieron una supervivencia del 38.6%, mientras que los grados 2+ y ≥3+ se asociaron con tasas del 30.5% y 22.6%, respectivamente (P < 0.001).
Por último, el análisis multivariable identificó varios predictores independientes de mortalidad a cinco años tras la M-TEER, entre los que destacaron la edad avanzada, el deterioro de la función renal, el grado de insuficiencia mitral residual, la clase funcional NYHA, la fracción de eyección del ventrículo izquierdo y la elegibilidad para el ensayo COAPT (P < 0.01 para todos).
¿Qué podemos recordar?
En conjunto, estos hallazgos subrayan la eficacia y seguridad a largo plazo de la M-TEER en la práctica clínica rutinaria, además de proporcionar información clave para optimizar la selección de pacientes en futuras intervenciones.