La estenosis aórtica es una valvulopatía progresiva que conlleva una considerable carga de morbilidad, mortalidad y costos sanitarios.
Las guías actuales recomiendan una estrategia de vigilancia clínica (VC) para pacientes con estenosis aórtica severa asintomática y fracción de eyección del ventrículo izquierdo conservada. Sin embargo, la evaluación de síntomas en estos pacientes resulta especialmente desafiante, sobre todo en pacientes mayores.
Estudios observacionales y ensayos controlados aleatorizados (ECA) previos han sugerido que el reemplazo valvular aórtico (RVA) temprano podría reducir la mortalidad por cualquier causa y las hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca (IC) en esta población. Recientemente, dos ECA evaluaron los efectos de una intervención temprana mediante RVA quirúrgico y percutáneo frente a la VC en pacientes con estenosis aórtica severa asintomática.
En este contexto, Philippe Généreux y cols. realizaron un metaanálisis de ECA para evaluar el impacto del RVA quirúrgico o percutáneo temprano en comparación con la VC.
Se identificaron 4 ECA, que incluyeron u ntotal de 1.427 pacientes: 719 en el grupo RVA temprano y 708 en el grupo VC.
La edad promedio de los participantes fue de 73.3 años (rango: 64.5–75.8 años), con una representación de mujeres entre el 28% y el 51% según los estudios, y una prevalencia de válvula aórtica bicúspide que osciló entre el 8% y el 61%.
El RVA temprano no mostró diferencias significativas en la mortalidad por todas las causas (9.7% frente a 13.7%; HR 0.68; IC 95%: 0.40–1.17) ni en la mortalidad cardiovascular (5.1% frente a 8.3%; HR 0.67; IC 95%: 0.35–1.29) en comparación con la VC, aunque ambos resultados presentaron un grado moderado de heterogeneidad entre los estudios.
En cambio, el RVA temprano se asoció con una reducción significativa en las hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca, con tasas del 3% frente al 10.9% (HR 0.28; IC 95%: 0.17–0.47), sin evidencia de heterogeneidad. También se observó una disminución notable en las hospitalizaciones no planificadas por causas cardiovasculares o insuficiencia cardíaca, con tasas del 14.6% frente al 31.9% (HR 0.40; IC 95%: 0.30–0.53), presentando baja heterogeneidad.
Por otro lado, el RVA temprano se asoció con una reducción significativa en el riesgo de accidente cerebrovascular, con tasas del 4.5% frente al 7.2% (HR 0.62; IC 95%: 0.40–0.97).
¿Qué podemos recordar?
En un metanálisis que incluyó cuatro ensayos clínicos aleatorizados, el RVA temprano se asoció con una reducción significativa en las hospitalizaciones no planificadas por causas cardiovasculares o insuficiencia cardíaca, así como en los accidentes cerebrovasculares, sin diferencias en la mortalidad por cualquier causa ni en la mortalidad cardiovascular en comparación con la vigilancia clínica.