La innovación en intervenciones cardiovasculares ha sido particularmente dinámica en 2024 impulsando significativamente el campo de las intervenciones coronarias con nuevas estrategias y dispositivos, especialmente en lesiones complejas y pacientes de alto riesgo. Las intervenciones valvulares percutáneas han alcanzado un mayor grado de madurez, con evidencia robusta que respalda su seguridad y eficacia tanto en estenosis aórtica como en insuficiencia mitral o tricuspídea. Por último, la embolia pulmonar representa una nueva frontera en la cardiología intervencionista, con evidencia emergente que sugiere un papel creciente para la trombectomía percutánea.
Emanuele Barbato y cols. seleccionaron los 10 estudios más relevantes en el campo de la cardiología intervencionista.
Intervención Coronaria
Las recientemente publicadas Guías ESC sobre Síndromes Coronarios Crónicos destacan la importancia de caracterizar de forma exhaustiva el impacto funcional de la enfermedad arterial coronaria (EAC) antes de considerar una intervención, utilizando FFR o iFR (Clase IA). Además, en pacientes con índices funcionales conservados, se recomienda firmemente investigar disfunción microvascular o vasoespasmo (Clase IB). El rol de la imagen intravascular para guiar la intervención coronaria percutánea (ICP) ha sido reforzado (Clase IA), especialmente en lesiones complejas como bifurcaciones, tronco coronario izquierdo o lesiones largas.
Los conceptos de “no dejar nada atrás” y “liberar el vaso” han renovado el interés en los balones farmacológicos (DCB, por sus siglas en inglés).
En lesiones coronarias de novo, la ICP con DCB guiada sistemáticamente por ultrasonido intravascular (IVUS) se asoció a una reducción significativa de la pérdida tardía de lumen a los 7 meses y a menos fallos del vaso tratado, en comparación con procedimientos guiados por angiografía. Su uso es prometedor en lesiones bifurcadas con compromiso de la rama lateral. El estudio DCB-BIF, que incluyó 784 pacientes con bifurcaciones verdaderas tratados con stent provisional en el vaso principal, mostró que el uso de DCB en la rama lateral comprometida se asoció a una reducción significativa de eventos cardiovasculares mayores (MACE), principalmente infartos, frente al uso de balón no complaciente (HR 0.56; IC 95%: 0.35–0.88; p = 0.013).
El estudio PREVENT ha abierto una nueva oportunidad terapéutica al demostrar, por primera vez, que la prevención cardiovascular también puede lograrse mediante ICP. En 803 pacientes, la intervención preventiva de placas vulnerables no limitantes del flujo (FFR > 0.80), definidas por al menos dos características de vulnerabilidad en imagen intracoronaria (MLA < 4.0 mm², carga de placa >70 %, placa rica en lípidos, fibroma de capa fina), más tratamiento médico óptimo, redujo significativamente los MACE a 2 años en comparación con 803 pacientes tratados solo con tratamiento médico.
Shock cardiogénico
El soporte circulatorio mecánico en el shock cardiogénico y en la ICP de alto riesgo ha sido históricamente atractivo para la comunidad intervencionista, aunque la evidencia clínica había sido limitada. El estudio DanGer-Shock demostró por primera vez, en 360 pacientes con infarto agudo de miocardio con elevación del ST (IAMCEST) y shock cardiogénico, que el uso rutinario de una bomba de flujo axial se asoció a una reducción significativa de la mortalidad a 180 días (HR 0.74; IC 95%: 0.55–0.99; p = 0.04), en comparación con el tratamiento estándar.
Enfermedad valvular
Los estudios NOTION han realizado una importante contribución al tratamiento percutáneo de la estenosis aórtica (EA). El estudio NOTION-2, que aleatorizó a 370 pacientes menores de 75 años con EA severa sintomática (válvulas tricúspides y bicúspides) a implante valvular aórtico percutáneo (TAVI) o cirugía de reemplazo valvular aórtico (CRVA), mostró tasas similares del objetivo primario combinado (muerte, accidente cerebrovascular o rehospitalización a 1 año) en válvulas tricúspides, pero mayor incidencia de eventos en pacientes con válvulas bicúspides tratados con TAVI.
El estudio NOTION-3 evaluó el beneficio potencial de la revascularización coronaria en pacientes con EA severa y enfermedad coronaria asociada sometidos a TAVI. En 455 pacientes, la revascularización de estenosis coronarias (FFR < 0.80 o estenosis >90 %), además de TAVI, redujo significativamente los MACE a un seguimiento mediano de 2 años (HR 0.71; IC 95%: 0.51–0.99; p = 0.04).
Una evidencia potencialmente modificadora de la práctica fue publicada en pacientes con EA severa asintomática. El estudio EARLY TAVR demostró, en 901 pacientes, la superioridad de TAVI frente a la vigilancia clínica en la reducción de MACE (HR 0.50; IC 95%: 0.40–0.63; p < 0.001).
Respecto a las intervenciones percutáneas en válvulas auriculoventriculares, dos ensayos aleatorizados han impulsado significativamente el campo. El estudio MATTERHORN, en pacientes con insuficiencia mitral secundaria, demostró la no inferioridad de la reparación transcatéter borde a borde (TEER) frente a la cirugía para los objetivos de eficacia, y la superioridad de TEER en términos de seguridad. Por su parte, el estudio TRI.Fr, presentado en el Congreso ESC 2024, mostró que en pacientes con insuficiencia tricuspídea severa sintomática, TEER tricuspídeo más tratamiento médico dirigido fue superior al tratamiento médico solo para mejorar síntomas y reducir la severidad de la insuficiencia (resultados aún no publicados).
Embolia pulmonar
El estudio PEERLESS investigó el impacto clínico de dos estrategias percutáneas para embolia pulmonar de riesgo intermedio: trombectomía mecánica de gran calibre (LBMT) y trombólisis dirigida por catéter. En 550 pacientes randomizados, la LBMT se asoció a una reducción significativa del objetivo primario compuesto, impulsada principalmente por menores tasas de deterioro clínico y menor necesidad de ingreso en UCI postprocedimiento, según criterio del médico tratante.