La fibrilación auricular (FA) de nueva aparición constituye una de las complicaciones más frecuentes después de la cirugía de revascularización coronaria (CABG, por sus siglas en inglés), con consecuencias clínicas potencialmente significativas. Su aparición se asocia con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular (ACV), prolongación de la hospitalización, mayor utilización de recursos sanitarios y posible incremento de la mortalidad a largo plazo. A pesar de su relevancia, la incidencia real y la carga de FA posterior a la CABG no se conocen con precisión, ya que la mayoría de los datos provienen de registros hospitalarios o de períodos breves de monitoreo electrocardiográfico. Este enfoque probablemente subestima la verdadera ocurrencia de episodios de FA, en particular los asintomáticos o transitorios.
Las guías norteamericanas recomiendan administrar 60 días de anticoagulación oral a pacientes con FA de nueva aparición después de CABG (recomendación clase 2a), aunque esta indicación se basa en evidencia limitada derivada principalmente de estudios no aleatorizados. Dado que las decisiones terapéuticas dependen en gran medida de la carga arrítmica y de su persistencia, disponer de información precisa mediante monitoreo prolongado es clave para optimizar las estrategias de prevención de eventos tromboembólicos y evitar tratamientos innecesarios.
Con el objetivo de obtener datos más sólidos, se llevó a cabo un estudio prospectivo multicéntrico en dos centros académicos de cirugía cardíaca en Alemania, que evaluó la incidencia y la carga temporal de FA durante el primer año posterior a la CABG utilizando monitores cardíacos implantable para un registro electrocardiográfico continuo a largo plazo.
El estudio incluyó pacientes con enfermedad de tres vasos coronarios o de tronco de coronaria izquierda sin antecedentes previos de arritmias. A todos se les implantó un monitor cardíaco durante la cirugía, permitiendo un seguimiento electrocardiográfico continuo durante 12 meses. La población fue enrolada entre noviembre de 2019 y noviembre de 2023.
La exposición de interés fue la detección de FA mediante el monitoreo continuo, y el desenlace principal fue la incidencia acumulada de FA de nueva aparición dentro del primer año postoperatorio. Como desenlaces secundarios se analizaron la carga arrítmica y los eventos clínicos asociados.
Se evaluaron 1217 pacientes, de los cuales 1008 fueron excluidos por no cumplir los criterios de inclusión. La cohorte final quedó conformada por 198 pacientes (173 hombres [87,4%] y 25 mujeres [12,6%]) con una edad media de 66 años.
Durante el primer año de seguimiento, 95 pacientes desarrollaron FA de nueva aparición, con una incidencia acumulada del 48% (IC 95%, 41%-55%).
La mediana de la carga de FA durante todo el año fue de 0,07% (RIC, 0,02%-0,23%), equivalente a 370 minutos.
La distribución temporal de la carga mostró una concentración casi exclusiva en el postoperatorio temprano: durante los días 1 a 7, la mediana de carga fue de 3,65% (RIC, 0,95%-9,09%); entre los días 8 y 30, de 0,04% (RIC, 0%-1,21%); y entre los días 31 y 365, de 0% (RIC, 0%-0,0003%), lo que correspondió a 368, 13 y 0 minutos, respectivamente.
Solo tres pacientes presentaron un episodio de FA mayor a 24 horas después del alta hospitalaria.
¿Qué nos deja este estudio?
Este estudio demuestra que la incidencia de FA de nueva aparición después de la cirugía de revascularización coronaria es significativamente más alta de lo que sugieren los registros convencionales, alcanzando casi la mitad de los pacientes intervenidos. Sin embargo, la carga arrítmica es extremadamente baja, especialmente después de los primeros 30 días, lo que indica que la mayoría de los episodios ocurren en el postoperatorio inmediato y son autolimitados.
Estos hallazgos cuestionan la pertinencia de las recomendaciones actuales que sugieren considerar la anticoagulación oral prolongada en todos los pacientes con FA de nueva aparición tras CABG. Un enfoque más individualizado, basado en la carga arrítmica y el perfil de riesgo tromboembólico, podría optimizar el tratamiento y reducir la exposición innecesaria a anticoagulantes en este grupo de pacientes.