Las complicaciones hipertensivas del embarazo, como la preeclampsia y la eclampsia, han sido reconocidas desde hace tiempo como marcadores de riesgo cardiovascular a largo plazo. La creciente evidencia sobre la estrecha relación entre salud materna y salud cardiovascular futura ha impulsado numerosas investigaciones en este campo. Sin embargo, la mayoría de los estudios han enfocado su atención en el impacto a mediano y largo plazo de estas condiciones, dejando relativamente inexplorado el riesgo inmediato posparto, particularmente en casos de eclampsia, una forma severa y menos frecuente, pero con alta morbilidad.
Con el objetivo de evaluar si las pacientes con eclampsia presentan un riesgo aumentado de reingreso hospitalario por enfermedad cardiovascular (ECV) durante el primer año tras el parto, Giovanni Occhipinti y cols. analizaron datos de la Nationwide Readmissions Database de Estados Unidos correspondientes al período 2010–2018. Este extenso registro incluye información representativa a nivel nacional sobre hospitalizaciones y reingresos en mujeres puérperas.
El estudio incluyó más de 27 millones de internaciones por parto. De ellas, 20.478 (equivalente a 74,7 por cada 100.000 nacimientos) estuvieron complicadas por eclampsia. A partir de este grupo, se identificaron las internaciones subsecuentes por eventos cardiovasculares durante los 12 meses posteriores al parto y se las comparó con aquellas de pacientes sin hipertensión gestacional.
Los resultados mostraron una diferencia marcada en las tasas de reingreso por ECV: 854 por cada 100.000 partos en el grupo con eclampsia, frente a solo 147 por cada 100.000 en pacientes normotensas.
Esta diferencia absoluta de 707 reingresos (IC 95 %: 473–941) se tradujo en una razón de riesgo ajustada (HR) de 6,9 (IC 95 %: 4,5–10,4), lo que indica que las pacientes con eclampsia tienen casi siete veces más probabilidades de ser readmitidas por una complicación cardiovascular en el primer año posparto.
Al analizar subtipos específicos de enfermedad cardiovascular, el riesgo siguió siendo elevado en todos los casos, con razones de riesgo ajustadas que oscilaron entre 4,8 y 15,5. El hallazgo más destacado fue el relacionado con los eventos cerebrovasculares: las mujeres con eclampsia presentaron un riesgo de reingreso por accidente cerebrovascular 12,6 veces mayor (IC 95 %: 6,9–22,8) en comparación con mujeres sin hipertensión gestacional.
Para fortalecer la robustez de los resultados, los autores realizaron un análisis cuantitativo de sesgos que consideró la posibilidad de errores de clasificación diagnóstica y factores de confusión no medidos. Incluso tras este ajuste, la asociación entre eclampsia y reingreso cardiovascular se mantuvo significativa, lo que sugiere que el hallazgo es sólido desde el punto de vista metodológico.
¿Qué nos deja este estudio?
Este estudio pone de relieve que el mayor riesgo cardiovascular asociado a la eclampsia no es solo un problema a largo plazo, sino que se manifiesta precozmente, incluso dentro del primer mes posterior al parto. Estos resultados refuerzan la necesidad de estrategias de seguimiento cardiovascular más intensivas y específicas en el posparto inmediato para mujeres que han cursado embarazos complicados por eclampsia.
La incorporación de evaluaciones cardiovasculares sistemáticas tras el parto, educación sobre signos de alarma, y coordinación con equipos de atención primaria o cardiología podrían ser pasos clave para reducir las readmisiones evitables y mejorar la salud cardiovascular de esta población de alto riesgo. A medida que la evidencia se acumula, se vuelve imperativo que los sistemas de salud reconozcan el embarazo como una ventana de oportunidad única para detectar y modificar el riesgo cardiovascular futuro.