La hipertensión arterial afecta a más de 115 millones de adultos en Estados Unidos y representa un factor de riesgo independiente para el desarrollo de complicaciones cardiovasculares. Su control es subóptimo, particularmente en personas negras no hispanas (20,1%) e hispanas (23%) en comparación con personas blancas no hispanas (31,5%). La identificación y el manejo precoz de la hipertensión son estrategias fundamentales para reducir la morbilidad y mortalidad asociadas, por lo que la prevención primaria y secundaria continúa siendo una prioridad en salud pública.
En 2021 se registraron más de 139 millones de visitas a departamentos de emergencias (DE) en Estados Unidos, con una prevalencia de presión arterial elevada cercana al 45% entre los pacientes atendidos. La hipertensión no controlada es más frecuente en el DE que en el ámbito de la atención primaria, posicionando a los DE como un escenario clave para el tamizaje y la intervención temprana. El valor pronóstico de la hipertensión medida en el DE para predecir eventos cardiovasculares a largo plazo ha sido documentado, y las guías recomiendan la derivación de pacientes con hipertensión elevada en el DE a atención primaria. Sin embargo, no está claro si intervenciones implementadas en el DE antes de la derivación pueden mejorar los resultados en el control de la presión arterial.
Adicionalmente, las guías de hipertensión de la American College of Cardiology (ACC) y la American Heart Association (AHA) otorgan su recomendación más fuerte (Clase I, nivel A) al enfoque de cuidado basado en equipos para mejorar el control de la presión arterial.
Basándose en intervenciones previas tanto en DE como en comunidades, se diseñó el ensayo clínico aleatorizado TOUCHED para evaluar la efectividad de una estrategia de Educación y Empoderamiento mediante mHealth (E2) en combinación con la derivación a atención primaria, optimizando los flujos de proceso para minimizar el tiempo adicional en el DE y evitando la sobrecarga al paciente.
Se trata de un ensayo clínico aleatorizado realizado en un centro médico académico urbano, que incluyó a participantes que acudieron al DE por cualquier motivo y presentaban presión arterial elevada (definida como PAS ≥140/90 mm Hg y ≤180/110 mm Hg). Los pacientes elegibles que fueron dados de alta del DE fueron enrolados entre el 12 de febrero de 2019 y el 31 de marzo de 2023.
Los participantes fueron asignados aleatoriamente a dos grupos:
- Atención habitual: instrucciones estándar de alta para hipertensión y referencia para seguimiento ambulatorio.
- Intervención E2: estrategia de tres componentes que incluyó:
- Consulta breve de hipertensión post-aguda (PACHT-c) realizada por un farmacéutico clínico o una enfermera de práctica avanzada, reforzando cambios en medicación, objetivos de presión arterial y estrategias no farmacológicas.
- Kit de monitoreo de presión arterial habilitado por smartphone (dispositivo Withings y aplicación móvil) para automonitoreo diario, complementado con mensajes de texto dirigidos a fomentar cambios de comportamiento.
- Derivación a atención primaria.
Se realizaron visitas de seguimiento a los 3 y 6 meses.
El resultado principal fue el cambio promedio en la PAS (mm Hg) desde el valor basal hasta los 6 meses.
Se enrolaron 574 participantes, con una edad promedio de 51,1±12,5 años, de los cuales el 56% eran mujeres. La distribución racial y étnica fue la siguiente: el 72% eran negros, 20% hispanos o latinos, 5% blancos, y 3% pertenecían a otras razas y etnias (incluyendo asiáticos, indígenas americanos y otros grupos).
De los 413 pacientes que completaron el seguimiento a los 6 meses:
- El grupo E2 (n = 210) presentó una mayor reducción promedio de la PAS en comparación con el grupo de atención habitual (n = 203), con una diferencia media de 4,9 mm Hg (IC 95%, 0,8-9,0 mm Hg; P = .02).
- La proporción de pacientes que lograron un control de presión arterial (≤140/90 mm Hg) fue similar en ambos grupos: 42,9% (90 de 210) en el grupo de intervención frente a 36,9% (75 de 203) en el grupo de atención habitual (P = .22).
Este ensayo demuestra que una intervención multicomponente iniciada en el DE y dirigida a pacientes con hipertensión elevada puede lograr una mayor reducción de la presión arterial sistólica a los 6 meses en comparación con la atención habitual. Aunque la proporción de pacientes que alcanzaron el control de la presión arterial no difirió significativamente entre los grupos, la magnitud de la reducción de PAS sugiere que intervenciones simples, factibles y basadas en tecnología móvil podrían tener un impacto clínico relevante.
La implementación de intervenciones educativas breves, la promoción del automonitoreo y la conexión directa con la atención primaria son estrategias viables que aprovechan la oportunidad que representa el contacto inicial en el DE para la prevención secundaria de complicaciones cardiovasculares.
¿Qué podemos recordar?
En este ensayo clínico aleatorizado de un solo centro, una intervención multicomponente dirigida a pacientes del DE con presión elevada se asoció con una mayor reducción de la PAS a los 6 meses. Identificar a los pacientes que se presentan al DE con hipertensión puede ser una estrategia viable para mejorar el control de la presión arterial.