Se han propuesto varios mecanismos para explicar el posible efecto beneficioso de las estatinas en el contexto de la COVID-19 como un posible efecto cardioprotector que limite la lesión miocárdica desarrollada en algunos pacientes, un efecto inhibidor directo sobre el virus y/o a través de las propiedades pleiotrópicas de las estatinas que incluyen efectos antiinflamatorios, modulación del sistema inmunitario, reducción del estrés oxidativo y mejora de la función de las células endoteliales.
Utilizando los datos de 10.541 pacientes hospitalizados con COVID-19 hasta septiembre de 2020 en 104 hospitales de USA enrolados en el Registro de Enfermedades Cardiovasculares COVID-19 de la Asociación Americana del Corazón, se evaluó la asociación entre el tratamiento previo con estatinas y la severidad de la infección en pacientes hospitalizados por COVID-19.
El punto final primario fue la mortalidad intrahospitalaria por todas las causas o el alta a un centro de tercer nivel.
El punto final secundario fue el desarrollo de enfermedad severa definida como admisión a unidad de cuidados intensivos, necesidad de asistencia respiratoria mecánica o mortalidad intrahospitalaria o alta a un tercer nivel.
La edad media de la población fue de 66 años con un 55% de participantes masculinos.
Previo a la admisión el 42% de los participantes utilizaban estatinas. El 7% recibían solo estatinas y el 35% estatinas más fármacos antihipertensivos.
El punto final primario ocurrió en el 21% de los pacientes y el 39% desarrollo enfermedad severa con un 30% de pacientes que fueron admitidos a unidad de cuidados intensivos.
El uso ambulatorio de estatinas, solas o con antihipertensivos previo a la admisión, se asoció con un menor riesgo de muerte (OR aj 0.59; IC95%: 0.50-0.69).
Dado que el uso de estatinas y de antihipertensivos estaba fuertemente vinculado a las condiciones subyacentes de alto riesgo para las que fueron prescriptas, los autores utilizaron un score de propensión para evaluar el uso de estos fármacos por separado en pacientes con y sin antecedentes de enfermedad cardiovascular y/o hipertensión.
El uso de estatinas y/o antihipertensivos se asoció con un menor riesgo de muerte entre quienes tenían antecedentes de enfermedad cardiovascular y/o hipertensión (OR aj 0.68; IC 95%: 0.58-0.81).
Se observó una reducción que no alcanzó la significancia estadística del 16% en el riesgo de muerte entre aquellos sin enfermedad cardiovascular y/o hipertensión.
¿Qué podemos recordar?
El uso de estatinas previo a la hospitalización por COVID-19 se asoció con una reducción sustancial del riesgo de muerte y de desarrollo de formas graves, especialmente en quienes padecen enfermedad cardiovascular o hipertensión.
El beneficio en pacientes sin estas condiciones subyacentes parece ser menos pronunciado.
Los autores destacan que se están llevando a cabo estudios aleatorizados y controlados para dilucidar el papel que puedan tener las estatinas en el tratamiento de la COVID-19.