El ácido eicosapentaenoico (EPA) podría ser útil durante la fase prehospitalaria y hospitalaria de la COVID-19 debido a sus conocidos efectos antiinflamatorios y antitrombóticos y sus posibles efectos antivirales.
Los acidos grasos no saturados, especialmente el EPA, podría inactivar el virus e inhibir la proliferación viral.
Se incluyeron participantes con alto riesgo de infección por SARS-CoV-2 sin evidencia clínica de infección o PCR positiva. Aquellos con diagnóstico previo de COVID-19 o que recibieron una o más dosis de cualquier vacuna fueron excluidos.
El EPA se administrada a una dosis de carga de 8 gr durante los primeros 3 días seguido de una dosis de mantenimiento de 4 gr.
El objetivo primario fue la reduccion de la tasa de infección evaluada a los 60 días.
La edad media de la población fue 40 años con un 55% de mujeres.
No se observaron diferencias significativas en el punto final primario entre el grupo EPA y el grupo control (7.9% vs 7.1%, respectivamente OR 1.12; IC95%: 0.78-1.62; p=0.58)
Los eventos adversos fueron similares en ambos grupos.
El Dr. Rafael Diaz concluye que la administración de EPA no previno la infección viral por SARS-CoV-2