Más de 230 millones de personas en el mundo padecen enfermedad arterial periférica (EAP), una cifra que se espera siga en aumento, especialmente entre quienes tienen diabetes tipo 2 (DM2). La combinación de ambas patologías se asocia con un elevado riesgo cardiovascular y de amputación, cuya prevención resulta compleja debido a la afectación macro y microvascular, así como a las desigualdades en el acceso a la atención médica.
Los agonistas del receptor de GLP-1 (AR-GLP-1) han demostrado reducir los eventos cardiovasculares adversos mayores (MACE) y el riesgo de amputación en personas con DM2. Además, ofrecen beneficios vasculares directos, como la reducción del estrés oxidativo y la mejora de la salud endotelial. Sin embargo, su impacto en la funcionalidad de los pacientes con EAP aún no ha sido investigado.
Si bien la terapia con AR-GLP-1 ya está disponible para personas con EAP debido a su indicación en DM2, sus efectos sobre los resultados funcionales en esta población no han sido estudiados. Se ha demostrado que los pacientes con EAP y DM2 obtienen beneficios con AR-GLP-1 e inhibidores del cotransportador sodio-glucosa tipo 2 (iSGLT2) en términos de reducción de MACE e insuficiencia cardíaca. No obstante, las guías actuales para el manejo de la EAP recomiendan el uso de terapias antidiabéticas en función de la DM2 y otras comorbilidades (MACE, insuficiencia cardíaca, enfermedad renal crónica), sin considerar específicamente sus beneficios sobre la EAP.
Durante la primera jornada del Congreso ACC 2025 se presentaron los resultados del estudio STRIDE, diseñado para evaluar si la semaglutida mejora la capacidad de caminar, los síntomas y la calidad de vida en personas con EAP y DM2.
Desde el 1 de octubre de 2020 hasta el 12 de julio de 2024, se evaluaron para determinar su elegibilidad 1363 pacientes, de los cuales 792 fueron asignados aleatoriamente a semaglutida (n=396) o placebo (n=396).
La mediana de edad de los participantes fue de 68 años, con un 25% de mujeres. La mediana de duración de la DM2 fue de 12 años, con una HbA1c media de 7,3%, un índice de masa corporal (IMC) medio de 29,6 kg/m², una presión arterial media de 134/75 mmHg, una tasa de filtración glomerular estimada (TFGe) media de 83,3 mL/min/1,73 m² y un colesterol LDL medio de 2,0 mmol/L.
Los participantes presentaban factores de riesgo frecuentes, incluyendo un 25,6% de fumadores activos y un 46,3% de exfumadores. La mayoría (87,9%) tenía antecedentes de hipertensión y el 15,8% antecedentes de enfermedad renal crónica. En cuanto a comorbilidades cardiovasculares, el 42,7% tenía enfermedad coronaria, el 31,6% había sido sometido a revascularización coronaria previa, el 27,7% presentaba estenosis coronaria ≥50% y el 13,6% tenía antecedentes de insuficiencia cardíaca. El antecedente de accidente cerebrovascular fue infrecuente (6,4%), y el 3,9% tenía antecedentes de ataque isquémico transitorio.
En el momento de la aleatorización, el 80,1% de los participantes utilizaba metformina, el 36,9% inhibidores de SGLT2 y el 24,7% insulina basal, mientras que el uso de otros agentes hipoglucemiantes fue inferior al 25%. El uso de medicamentos hipolipemiantes fue frecuente, con un 82,6% en tratamiento con estatinas y un 14,5% con ezetimiba. La mayoría (75,8%) recibía terapia antitrombótica, incluyendo un 56,6% con aspirina y un 21,8% con un inhibidor de P2Y12, mientras que el cilostazol se utilizó en el 10,5% de los participantes.
En cuanto a las características de la EAP, la mediana del ITB fue de 0,77 y la del IDB fue de 0,52 (IQR 0,25). La mediana de la distancia de caminata sin dolor durante la prueba en cinta rodante (CLT) fue de 114 m (IQR 94,5), y la mediana de la distancia máxima caminada fue de 186 m (IQR 137).
La relación mediana estimada respecto al valor basal en la distancia máxima de caminata a la semana 52 fue significativamente mayor en el grupo de semaglutida que en el grupo de placebo (1,21 [RII 0,95–1,55] frente a 1,08 [0,86–1,36]; relación de tratamiento estimada 1,13 [IC 95% 1,06–1,21]; p=0,0004).
Se reportaron seis eventos adversos graves en cinco (1%) participantes del grupo de semaglutida y nueve eventos adversos graves en seis (2%) participantes del grupo de placebo, posiblemente o probablemente relacionados con el tratamiento, siendo los más frecuentes los eventos gastrointestinales graves (dos eventos reportados por dos [1%] en el grupo de semaglutida y cinco eventos reportados por tres [1%] en el grupo de placebo).
No hubo muertes relacionadas con el tratamiento.
¿Qué podemos recordar?