Luego de una intervención coronaria percutánea (ICP), la doble antiagregación plaquetaria (DAPT), típicamente con aspirina y un inhibidor del receptor P2Y12, constituye el tratamiento estándar durante el primer año. Sin embargo, el manejo antitrombótico tras la suspensión de la DAPT sigue siendo motivo de debate. Tradicionalmente, la aspirina ha sido la opción preferida para la monoterapia, pero evidencia emergente sugiere que continuar con el inhibidor de P2Y12 podría ofrecer una protección cardiovascular superior.
Para responder a esta interrogante, Daniele Giacoppo y cols. llevaron a cabo un metaanálisis de datos individuales de pacientes provenientes de ensayos clínicos aleatorizados, que comparó directamente la monoterapia con inhibidores P2Y12 frente a la aspirina en el seguimiento a largo plazo.
El desenlace primario preespecificado fue un compuesto de eventos cardiovasculares y cerebrovasculares adversos mayores (MACCE), que incluía muerte cardiovascular, infarto de miocardio o accidente cerebrovascular. El desenlace coprimario preespecificado fue el sangrado mayor, definido principalmente como tipo 3 o 5 según los criterios del Bleeding Academic Research Consortium (BARC).
El análisis incluyó 16.117 pacientes de cinco estudios aleatorizados, todos sometidos a ICP y que habían completado un régimen de DAPT con una duración mediana de 12 meses. Posteriormente, los participantes fueron asignados a recibir monoterapia con un inhibidor de P2Y12 (ticagrelor o clopidogrel) o con aspirina.
Con una mediana de seguimiento de 1351 días (aproximadamente 3,7 años), la monoterapia con un inhibidor de P2Y12 se asoció con una reducción significativa del riesgo de MACCE en comparación con aspirina (HR 0,77; IC 95%: 0,67–0,89; p<0,001).
Este beneficio fue consistente en todos los modelos estadísticos empleados, incluyendo análisis multivariables y por etapas. El número necesario a tratar (NNT) para prevenir un evento fue de 45,5.
En términos de seguridad, no se observó un aumento significativo del riesgo de sangrado mayor con la estrategia basada en P2Y12 (HR 1,26; IC 95%: 0,78–2,04; p=0,35).
Además, los análisis secundarios mostraron reducciones significativas en el riesgo de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, sin diferencias en la mortalidad cardiovascular, o trombosis intrastent.
¿Qué nos deja este estudio?
Este metaanálisis con datos individuales refuerza el rol de los inhibidores de P2Y12 como estrategia eficaz y segura tras la suspensión de la DAPT en pacientes que han recibido una ICP. En comparación con la aspirina, la monoterapia con P2Y12 se asocia con menores tasas de infarto de miocardio y accidente cerebrovascular, sin aumentar el riesgo de sangrado mayor, incluso con un seguimiento cercano a los 5,5 años.