La fibrilación auricular (FA) es la arritmia más común en la práctica clínica y representa un desafío creciente debido a su asociación con complicaciones graves, como el accidente cerebrovascular (ACV), la insuficiencia cardíaca y la mortalidad cardiovascular. Su manejo ha evolucionado significativamente en los últimos años, impulsado por nuevas estrategias de anticoagulación, control del ritmo y abordajes terapéuticos personalizados.
La Sociedad Europea de Cardiología (ESC), en colaboración con la Asociación Europea de Cirugía Cardiotorácica, presentaron las nuevas guías para el manejo de la FA durante el Congreso ESC 2024.
Dipak Kotecha y cols. han resumido los puntos clave y los compartimos a continuación:
1. Tratar a todos los pacientes con FA según el marco AF-CARE para mejorar la atención centrada en el paciente y reducir eventos adversos.
Esto incluye la toma de decisiones compartida dentro de un equipo multidisciplinario para:
- Control de comorbilidades y factores de riesgo
- Anticoagulación para prevenir ictus y tromboembolismo
- Reducción de síntomas mediante control de frecuencia y ritmo
- Evaluación y reevaluación dinámica
2. Indicar anticoagulación a los pacientes con riesgo de ACV isquémico o tromboembolismo, prefiriendo anticoagulantes orales directos y utilizando escalas de riesgo validadas localmente o la escala CHA₂DS₂-VA, con los mismos umbrales para hombres y mujeres.
3. No utilizar escalas de riesgo de sangrado para decidir iniciar o suspender anticoagulación; en su lugar, abordar los factores de riesgo de sangrado modificables para mejorar la seguridad.
4. Considerar la anticoagulación oral a largo plazo en FA inducida por factores transitorios (como sepsis), según el riesgo individual de ACV o tromboembolismo.
5. En FA subclínica detectada por dispositivos, valorar la anticoagulación en pacientes con alto riesgo de ACV y bajo riesgo de sangrado, dado el alto riesgo de progresión a FA clínica (6%-9% anual) y el riesgo hemorrágico asociado.
6. En pacientes con FA sometidos a cirugía cardíaca, la exclusión de la orejuela auricular izquierda puede prevenir tromboembolismos como complemento a la anticoagulación.
7. En pacientes con FA paroxística seleccionados, la ablación con catéter puede ser una opción de primera línea para el control del ritmo, con el objetivo de aliviar síntomas, reducir recurrencias y retrasar la progresión de la FA.
8. El control del ritmo en pacientes seleccionados con FA puede mejorar el pronóstico, especialmente dentro de los primeros 12 meses tras el diagnóstico en aquellos con alto riesgo de tromboembolismo. También puede ser beneficioso en pacientes con insuficiencia cardíaca y fracción de eyección reducida, cuando se espera que reduzca hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca y mortalidad.
9. La cardioversión en FA requiere anticoagulación adecuada o ecocardiografía transesofágica si la duración del episodio supera las 24 horas. Es fundamental priorizar la seguridad y evaluar la posibilidad de esperar la cardioversión espontánea.
10. La reevaluación periódica es esencial. Se recomienda la evaluación del ritmo cardíaco en cada contacto con el sistema de salud para todas las personas ≥65 años, facilitando la detección temprana de la FA. También se sugiere el cribado poblacional con ECG no invasivo en individuos con factores de riesgo de tromboembolismo.