La producción de plásticos está experimentando un crecimiento continuo y puede contaminar el medio ambiente a través de las corrientes oceánicas, vientos atmosféricos y fenómenos terrestres, lo que contribuye a su amplia distribución. Una vez liberados en la naturaleza, son susceptibles a la degradación, dando lugar a microplásticos (partículas inferiores a 5 mm) y nanoplásticos (partículas inferiores a 1000 nanometros). Ambos tipos de partículas desencadenan una serie de efectos toxicológicos.
Varios estudios han demostrado que los microplásticos y nanoplásticos (MNP) ingresan al cuerpo humano a través de la ingestión, inhalación y exposición en la piel, donde interactúan con los tejidos y órganos.
De acuerdo con estudios preclínicos recientes, los MNP se perfilan como un posible factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Marfella y cols. realizaron un estudio observacional, multicéntrico y prospectivo en pacientes sometidos a endarterectomía carotídea por enfermedad asintomática de la arteria carótida interna (>70%) con el propósito de determinar si los MNP son detectables en la placa aterosclerótica y si la carga de MNP se asocia con enfermedades cardiovasculares.
Se analizaron las muestras de placa carotídea extirpadas para detectar la presencia de estas sustancias mediante pirólisis, cromatografía de gases, espectrometría de masas, análisis de isótopos estables y microscopía electrónica. Los biomarcadores inflamatorios se evaluaron mediante un ensayo inmunoenzimático y un ensayo inmunohistoquímico.
El criterio de valoración primario fue la combinación de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular o muerte por cualquier causa.
Se incluyeron 304 pacientes, de los cuales 257 completaron un seguimiento medio de 33.7 meses.
Se detectó polietileno en la placa de la arteria carótida en el 58.4% de los pacientes con un nivel medio de 21.7±24.5 μg/mg de placa.
El 12.1% presentaba cantidades medibles de cloruro de polivinilo, con un nivel medio de 5.2±2.4 μg/mg de placa.
La microscopia electrónica reveló la presencia de partículas con bordes dentados que probablemente eran de origen extraño, dentro de los macrófagos espumosos presentes en la placa ateromatosa y en el material amorfo de la placa.
El examen radiográfico mostró que algunas de estas partículas contenían cloro.
Dado que datos previos sugieren que los MNP pueden inducir vías proinflamatorias, se midieron cuatro marcadores inflamatorios -interleucina-18, interleucina-1β, interleucina-6 y TNF-α- mediante un ensayo inmunoenzimático. El análisis de regresión lineal reveló una correlación entre la cantidad de polietileno presente y los niveles de expresión de estos marcadores.
Los pacientes en los que se detectaron MNP dentro del ateroma, presentaban un riesgo significativamente más elevado de sufrir un evento del punto final primario que aquellos en los que no se detectaron estas sustancias (HR 4.53, IC95%: 2-10.27, p<0.001).
¿Qué podemos recordar?
Los pacientes en los que se detectaron MNP en una placa aterosclerótica carotídea, presentaron un mayor riesgo de eventos cardiovasculares a los 4 meses de seguimiento que aquellos en los que no se detectaron MNP.
