Los resultados adversos del embarazo, como el parto prematuro y los trastornos hipertensivos del embarazo, se han asociado a un mayor riesgo futuro de insuficiencia cardíaca (IC). Sin embargo, los efectos comparativos de estos distintos resultados adversos sobre el riesgo a largo plazo de IC y su posible relación causal no están completamente establecidos.
Casey Crump y cols. buscaron examinar la relación entre cinco principales resultados adversos del embarazo y el riesgo a largo plazo de IC en una extensa cohorte poblacional.
Para ello, se llevó a cabo un estudio de cohorte nacional en Suecia que incluyó a 2.201.638 mujeres con parto único entre 1973 y 2015, con seguimiento para el diagnóstico de IC mediante registros de diagnósticos ambulatorios y hospitalarios hasta 2018. Se evaluaron los efectos de 5 condiciones: parto prematuro, pequeño para la edad gestacional, preeclampsia, otros trastornos hipertensivos del embarazo y diabetes gestacional, ajustando los resultados por otros factores maternos y adversos del embarazo. Los análisis ajustaron los resultados por otros factores maternos y adversos del embarazo, además de realizarse análisis entre hermanas para evaluar el posible sesgo por factores familiares (genéticos o ambientales) compartidos.
Durante un seguimiento acumulado de 48 millones de años-persona, el 30% de las mujeres experimentaron al menos un resultado adverso del embarazo, y el 0.9% fueron diagnosticadas con IC con una edad mediana de diagnóstico de 61 años.
Todos los resultados adversos del embarazo evaluados estuvieron asociados de manera independiente con un aumento significativo del riesgo a largo plazo de IC.
Con hasta 46 años de seguimiento posterior al parto, los hallazgos mostraron que la diabetes gestacional aumentó el riesgo de IC en más del doble (HR 2.19, IC 95%: 1.95-2.45) en comparación con las mujeres que no la padecieron.
El parto prematuro también estuvo asociado con un riesgo significativamente mayor (HR 1.68, IC 95%: 1.61-1.75), lo que sugiere que las mujeres que tuvieron un parto prematuro tienen un 68% más de probabilidades de desarrollar IC a largo plazo. Los trastornos hipertensivos del embarazo, excluyendo la preeclampsia, mostraron un HR de 1.68 (IC 95%: 1.48-1.90), lo que indica un riesgo más alto de IC en mujeres con antecedentes de hipertensión durante el embarazo.
Las mujeres con preeclampsia también presentaron un aumento considerable del riesgo de IC (HR 1.59, IC 95%: 1.53-1.66). Además, las mujeres que tuvieron un bebé pequeño para la edad gestacional experimentaron un riesgo incrementado del 35% de IC (HR 1.35, IC 95%: 1.31-1.40), aunque este riesgo fue menor que el asociado con otras condiciones.
Es importante señalar que, incluso después de 30 a 46 años desde el parto, el riesgo se mantuvo significativamente elevado, entre 1.3 y 3 veces más alto, lo que indica que el riesgo de IC continúa siendo considerablemente mayor a lo largo de las décadas siguientes al embarazo. Este aumento en el riesgo no fue completamente explicado por factores familiares compartidos, lo que sugiere la influencia de otros factores, no necesariamente genéticos o ambientales, en la relación entre los resultados adversos del embarazo y el desarrollo de IC.
Finalmente, el riesgo de IC aumentó progresivamente con el número de resultados adversos del embarazo.
Las mujeres que experimentaron un solo evento adverso tuvieron un HR ajustado de 1.51 (IC 95%: 1.47-1.56); las que tuvieron dos eventos, un HR de 2.31 (IC 95%: 2.19-2.45); y aquellas con tres o más resultados adversos presentaron un HR de 3.18 (IC 95%: 2.85-3.56). Estos hallazgos resaltan la necesidad de una prevención temprana y una atención clínica a largo plazo para reducir el riesgo de insuficiencia cardíaca en mujeres con antecedentes de resultados adversos del embarazo.
¿Qué podemos recordar?
Este estudio nacional demuestra que las mujeres que experimentaron al menos uno de los cinco principales resultados adversos del embarazo tienen un riesgo significativamente mayor de insuficiencia cardíaca hasta 46 años después del parto. Este hallazgo resalta la importancia de implementar acciones preventivas tempranas y garantizar una atención clínica a largo plazo para reducir el riesgo de IC en este grupo de mujeres.