Las complicaciones vasculares mayores post-implante valvular aórtico percutáneo (TAVI) ocurren en el 14-15% de los pacientes de alto riesgo quirúrgico y entre 2-6% de los pacientes con riesgo quirúrgico bajo o intermedio.
A su vez, afectan los resultados a corto y largo plazo post-TAVI y son predominantemente secundarias a la falla de los dispositivos percutáneos de cierre vascular (DPCV).
El manejo del acceso vascular durante el TAVI es uno de los detarminantes d el éxito del procedimiento.
Los DPCV que se usan más frecuentemente son los basados en sutura como el ProGlide y Prostar (Abbott Vascular, Abbott Park, Illinois) y el MANTA (Teleflex, Wayne, Pennsylvania) basado en plugs.
Van Wiechen y colaboradores publicaron en JACC Cardiovascular Interventions los resultados del estudio MASH (MANTA vs Suture-based vascular closure after transcatheter aortic valve replacement).
Los autores buscaron evaluar la superioridad en términos de eficacia y seguridad del dispositivo de cierre MANTA vs 2 Proglides.
¿Cómo se realizó?
Se trata de un estudio randomizado llevado a cabo en 2 centros que comparó el dispositivo percutáneo de cierre vascular MANTA (Teleflex, Wayne, Pennsylvania) versus 2 ProGlides (Abbott Vascular, Abbott Park, Illinois).
El punto final primario fue las complicaciones vasculares mayores o menores del acceso relacionadas con el dispositivo a 30 días de seguimiento.
Los puntos secundarios incluyeron el sangrando en el sitio del acceso vascular clínicamente relevante, el tiempo a la hemostasia y la falla del DPCV, definida ésta como la falla en lograr una hemostasia dentro delos 5 minutos o el requerimiento de maniobras endovasculares adicionales como el implante de stent, cirugía o un dispositivo adicional.
Los eventos adversos fueron adjudicados por un comité de eventos clínicos independientes de acuerdo con las definiciones de VARC-2.
¿Qué demostró este estudio?
Un total de 210 pacientes sometidos a TAVI fueron incluidos entre octubre de 2018 y enero de 2020.
La mediana de la edad de los pacientes fue de 81 años, con un 54% de pacientes masculinos, y una mediana del score de STS de 2.7%.
No hubo diferencias significativas en la ocurrencia del punto final primario entre MANTA y ProGlide (10% vs 4%, p=0.16).
Del mismo modo, el sangrado clínicamente significativo del acceso fue similar entre ambos dispositivos (9% vs 6%, p=0.57).
La falla del DPVC ocurrió menos frecuentemente con MANTA vs ProGlide (20% vs 40%, p<0.01).
El cierre con el ProGlide requirió más frecuentemente el uso de un dispositivo adicional, mientras que MANTA requirió más frecuentemente el implante de un stent cubierto o cirugía de rescate.
¿Qué debemos recordar?
Este estudio demostró que el dispositivo de cierre percutáneo MANTA no fue superior a 2 ProGlide en pacientes sometidos a TAVI.
MANTA requirió menos frecuentemente maniobras de rescate para tratar la falla del cierre, que fueron distintas a las que requirió el uso de ProGlide.
¿Qué es lo próximo?
Se necesita realizar un estudio multicéntrico, randomizado que compare ambos dispositivos identificando los predictores de falla de cada dispositivo y que incluya un análisis de costo-eficacia.