El implante valvular aórtico percutáneo (TAVI) es un tratamiento consolidado para pacientes con estenosis aórtica severa y sintomática. Con la expansión de su uso en pacientes más jóvenes y de menor riesgo, la durabilidad de las válvulas transcatéter (THV) adquiere una relevancia crucial, lo que resalta la necesidad de estudios con datos de seguimiento a largo plazo.
Los avances en la técnica transfemoral han permitido una transición de la anestesia general (AG) hacia la anestesia local con sedación consciente (SC), ahora factible para la mayoría de los pacientes. El ensayo SOLVE-TAVI, un estudio multicéntrico, aleatorizado, con un diseño factorial 2×2, comparó válvulas autoexpandibles (VAE, Evolut R) y válvulas expandibles por balón (VBE, SAPIEN 3), además de evaluar las estrategias de SC frente a AG en pacientes de riesgo intermedio a alto. A los 30 días y 1 año, ambos tipos de válvulas y estrategias anestésicas mostraron resultados equivalentes.
Hans-Josef Feistritzer y colaboradores publicaron en JACC los resultados del seguimiento a 5 años.
Se incluyeron 447 pacientes con estenosis aórtica severa y sintomática de riesgo intermedio a alto. La edad media fue de 82 años, con un 50% de hombres. En la comparación de válvulas, el puntaje STS mediano fue de 5% y el EuroSCORE II de 4% en ambos grupos. Las tasas de predilatación fueron similares entre las VAE y VBE (37.9% vs. 39.8%), mientras que la postdilatación fue más frecuente en el grupo VAE (35.2% vs. 22.9%).
Durante el seguimiento de 5 años, el punto final compuesto predefinido (mortalidad por cualquier causa, accidente cerebrovascular [ACV], insuficiencia paravalvular moderada o severa e implantación de marcapasos permanente) fue similar en los grupos VAE y VEB (67.7% vs. 63.4%, HR 0.89, IC95%: 0.70-1.13, p=0.34).
Las tasas de ACV a 5 años fueron más bajas en el grupo VAE (2.2% vs. 9.6%, HR 0.4.84, IC95%: 1.65-14.18, p=0.002).
En un análisis estratificado según las dimensiones anulares, en pacientes con anillos aórticos pequeños (≤ 430 mm2), las tasas de ACV fueron significativamente menores con las VAE (1% vs. 12.7%, p=0.002), mientras que en anillos mayores (< 430 mm2) no hubo diferencias significativas (4.1% vs. 6.4%; p=0.36).
No se observaron diferencias en la mortalidad total, insuficiencia paravalvular moderada/severa o necesidad de marcapasos permanente.
En cuanto a las estrategias anestésicas, el endpoint primario (mortalidad por cualquier causa, ACV, IAM y lesión renal aguda) ocurrió en el 51.4% del grupo SC y en el 61.3% del grupo AG (HR: 0.80; IC95%: 0.62-1.04; p = 0.09).
La mortalidad por cualquier causa a 5 años fue significativamente menor con SC (41.5% vs. 54.3%; HR: 0.70; IC95%: 0.53-0.94; p = 0.02), mientras que los demás componentes del endpoint primario fueron equivalentes.
¿Qué podemos recordar?
A 5 años, el TAVI transfemoral con VAE y VBE mostró resultados similares en cuanto al endpoint primario combinado. Si bien no hubo diferencias significativas en el endpoint primario entre SC y AG, la SC podría asociarse con una menor mortalidad por cualquier causa.