En el contexto clínico de la angioplastía coronaria, la tomografía por coherencia óptica (OCT) puede identificar el implante subóptimo del stent en más de un tercio de los casos. En este contexto, el registro CLI-OPCI II analizó el impacto de la utilización de OCT como guía de la angioplastia coronaria (ATC) con implante de stent, a fin de optimizar su posicionamiento y liberación, con un periodo de seguimiento a un año. Sin embargo, existe escasa evidencia en relación al impacto de los parámetros cuantitativos del OCT en la ATC con implante de stent a largo plazo.
Durante las sesiones del Congreso EuroPCR 2021, el Dr. Franceso Prati presentó los resultados a largo plazo del registro CLI-OPCI II.
De acuerdo a las definiciones consideradas en el presente estudio, para definir el implante subóptimo del stent son necesarios al menos uno de los siguientes criterios, a saber:
- Área luminal mínima (MLA) intrastent <4.5mm2.
- Una estenosis con área luminal proximal/distal <4.5mm2.
- Disección de borde significativa proximal/distal con un ancho >0,2 mm.
Se incluyeron para este análisis a un total de 391 pacientes (498 lesiones totales), con determinaciones ulteriores por OCT. Se analizó como objetivo primario a los eventos cardiovasculares adversos asociados al dispositivo (DOCE, compuesto por el combinado de mortalidad cardiovascular [CV], infarto agudo de miocardio asociado al vaso culpable [IAM-TV], y revascularización de la lesión culpable [TLR]).
La presencia de parámetros de implante subóptimo del stent, objetivados mediante tomografía de coherencia óptica, se asoció a un incremento de eventos clínicos adversos en el seguimiento a largo plazo, hallazgos que fundamentan la utilización de OCT como estrategia para guiar las angioplastias coronarias.
Con una mediana de seguimiento de 7.5 años, se evidenció DOCE en el 26.1% de los pacientes analizados (incluyendo un 27.7% del total de lesiones). El implante subóptimo del stent fue más frecuente en el subgrupo de pacientes con ocurrencia de DOCE, en relación al subgrupo sin DOCE, con una diferencia estadísticamente significativa entre los grupos analizados (36.3% vs. 18.2%, HR 2.2; p<0.001). A su vez, el implante subóptimo se asoció con un incremento de la mortalidad total (25% vs. 16.4%; p=0.011), TLR (20.4% vs. 16.3%; p=0.021), y revascularización del vaso culpable (TVR, 25.1% vs. 17.7%; p=0.003).
Mediante el análisis multivariado por regresión de Cox, el implante subóptimo del stent objetivado mediante OCT fue un factor predictor de riesgo independiente de la ocurrencia de DOCE a largo plazo.
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Médico Cardiólogo UBA-SAC - Residente de Hemodinamia y Cardiología Intervencionista en Hospital Italiano de Buenos Aires - Editor MedEcs.