El uso de estatinas es común en personas de edad avanzada. Si bien en algunos adultos mayores se puede considerar la discontinuación de éstas debido a cambios en el estado de salud o preferencias del paciente entre otras razones, existe en la actualidad poca evidencia para guiar esta decisión.
Es por ello que Wade Thompson y cols. realizaron un estudio de cohorte con el objetivo de evaluar la asociación entre la interrupción de las estatinas y la tasa de eventos cardiovasculares adversos mayores (MACE) entre las personas de 75 años o más bajo tratamiento a largo plazo.
Se incluyeron a todas las personas de Dinamarca de 75 años o más que recibieron tratamiento con estatinas durante al menos 5 años consecutivos a partir del 1 de enero de 2011. Los participantes fueron seguidos hasta el 31 de diciembre de 2016.
El punto final primario fue la ocurrencia de MACE definido como el combinado de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular (ACV) o accidente isquémico transitorio (AIT), revascularización coronaria o muerte por infarto o ACV.
Se incluyeron 67418 pacientes, de los cuales 27463 tomaban estatinas en contexto de prevención primaria. Estos pacientes tenían una edad media de 79 años, ccon un 66% de mujeres. Por otro lado, 39955 conformaron el grupo en el cual las estatinas estaban indicadas en el marco de la prevención secundaria. Este grupo tenia una edad media de 80 años, con un 47% de mujeres. La mediana de seguimiento fue de 5.5 años en la cohorte de prevención primaria y de 4.2 años en la de prevención secundaria. La tasa de discontinuación a lo largo de todo el periodo de seguimiento fue del 30% en el grupo de prevención primaria y 25% en el grupo de prevención secundaria.
En la cohorte de prevención primaria la tasa de ocurrencia de MACE fue mayor en el grupo que discontinuó las estatinas comparados con los que continuaron con el tratamiento (HR 1.32; IC 95%: 1.18-1.48).
Las tasas de ocurrencia de infarto agudo de miocardio (HR 1.37; IC 95%: 1.11-1.70), ACV/AIT (HR 1.33; IC 95%: 1.14-1.54) y muerte por infarto o ACV (HR 1.43; IC 95%: 1.11-1.85) fueron mayores en el grupo de paciente que discontinuaron las estatinas, sin diferencias en la ocurrencia de revascularización (HR 1.12; IC 95%: 0.82-1.52).
En la cohorte de prevención secundaria la tasa de ocurrencia de MACE también fue mayor en el grupo que discontinuó las estatinas comparados con los que continuaron con el tratamiento (HR 1.28; IC 95%: 1.18-1.39).
Las tasas de ocurrencia de infarto agudo de miocardio (HR 1.25; IC 955: 1.09-1.43), ACV/AIT (HR 1.34; IC 95%: 1.20-1.50) y muerte por infarto o ACV (HR 1.57; IC 95%: 1.35-1.83) fueron mayores en el grupo que discontinuó las estatinas. La tasa de ocurrencia de revascularización fue menor en el grupo que discontinuó las estatinas (HR 0.73; IC 95%: 0.57-0.93) a expensas de una menor tasas de cirugía de revascularización coronaria.
¿Qué podemos recordar?
En esta cohorte de adultos mayores que se encontraban bajo tratamiento con estatinas a largo plazo, la interrupción de estatinas se asoció con una mayor tasa de MACE en comparación con la continuación de las mismas, tanto en la cohorte de prevención primaria como en la secundaria.