La injuria renal aguda posee un impacto importante en la morbimortalidad y en la utilización de los recursos de salud. Su incidencia luego de la angioplastia coronaria (ATC) en la era contemporánea, al igual que sus implicancias clínicas a largo plazo no están del todo claros.
Reza Mohebi y cols., con datos del estudio ADAPT-DES, evaluaron los determinantes y las consecuencias de la injuria renal aguda asociada al contrate (IRA-co) en los eventos clínicos en pacientes con y sin enfermedad renal crónica (ERC) previa.
El estudio ADAPT-DES (Assessment of Dual Antiplatelet Therapy With Drug Eluting Stents) fue un registro multicéntrico prospectivo que incluyó 8582 pacientes, realizado con el objetivo de determinar la relación entre la reactividad plaquetaria luego de una ATC con implante de stents farmacológicos y los eventos clínicos subsecuentes en pacientes tratados con aspirina y clopidogrel.
Para este análisis se incluyeron 7412 pacientes que contaban con mediciones de creatinina basal y dentro de los 3 días post-ATC.
La IRA-co se definió como un aumento en la creatinina sérica > 0.5 mg/dl o por un aumento relativo ≥ 25% comparado con los valores previos a la ATC. La ERC se definió como una tasa estimada de filtrado glomerular < 60 ml/min/1.73m2.
Categorizaron a la población de acuerdo a la presencia o ausencia de ERC previa y al desarrollo de IRA-co, e incluyeron un quinto grupo de pacientes que se encontraban en diálisis al comienzo del estudio.
El punto final primario fue la ocurrencia de los eventos adversos clínicos netos (NACE) definido por: mortalidad por cualquier causa, infarto agudo de miocardio, trombosis intrastent definida o probable o sangrado mayor.
El 6.5% de los pacientes desarrollaron IRA-co.
La mediana de cambio en los niveles de creatinina en aquellos pacientes que desarrollaron IRA-co fue de 0.3 mg/dl.
En un modelo multivariable se encontraron los siguientes predictores de IRA-co: edad avanzada, sexo femenino, raza caucásica, insuficiencia cardiaca, diabetes, hipertensión, enfermedad renal crónica, infarto agudo de miocardio con supra-ST, Clase Killip II-IV, acceso radial, uso de balón de contrapulsación intraaórtico, hipotensión y el número de stents.
A 2 años de seguimiento la presencia de IRA-co se asoció significativamente con un mayor riesgo de NACE (HRaj 1.88; IC 95%: 1.42-2.49) y de cada uno de los eventos que lo componen:
- Mortalidad por todas las causas (HRaj 1.77; IC 95%: 1.22-2.55),
- Infarto agudo de miocardio (HRaj 1.67, IC 95%: 1.18-2.36)
- Trombosis intrastent definida/probable (HRaj 1.71; IC 95%: 1.10-2.65) y
- Sangrado mayor (HRaj 1.38; IC 95%: 1.06-1.80).
Comparados con aquellos pacientes sin antecedentes de ERC y que no desarrollaron IRA-co (grupo de referencia) el riesgo de NACE aumentó progresivamente en pacientes con ERC que no desarrollaron IRA-co (HR 1.56; IC 95%: 1.15-2.13), sin ERC que desarrollan IRA-co (HR 1.83; IC 95%: 1.33-2.52), aquellos que se encontraban en diálisis (2.67; IC 95%: 1.65-4.31) y pacientes con ERC que desarrollaron IRA-co (HR 3.29; IC 95%: 1.92-5.67).
¿Qué podemos recordar?
La injuria renal aguda asociada a contraste fue relativamente común en contexto de la ATC contemporánea y se asoció con una tasa elevada de eventos clínicos a 2 años.
Los pacientes con ERC preexistente presentaron un riesgo particularmente elevado de eventos luego del desarrollo de IRA-co.