A los largo de los últimos años, se ha observado un incremento del implante de prótesis valvulares biológicas con el ulterior requerimiento de reemplazo valvular aórtico percutáneo (TAVI), dentro de la válvula biológica previamente implantada, lo que se conoce como ‘Valve-in-Valve-TAVI (ViV-TAVI).
En este contexto, datos del registro VIVID nos ha demostrado que la existencia de mismatch prótesis-paciente (PPM) es un factor predictor de mayor mortalidad en el seguimiento, y que anillos pequeños, las válvulas pequeñas presentan una menor sobrevida. Asi, en diversas situaciones es necesario ampliar el anillo valvular de la prótesis biológica previamente implantada mediante la fractura intencional del stent valvular, lo que se conoce como fractura de la bioprótesis (BVF) o ‘cracking’, lo cual se realiza mediante un balón desarrollado para tal fin, con el objetivo de expandir la prótesis valvular incrementando así el orificio valvular efectivo.
El objetivo del presente estudio presentado por el Dr. Santiago Garcia durante las sesiones científicas del Congreso TCT 2022 fue comparar la seguridad y eficacia del ViV con o sin BVF concomitante.
Se realizó con este propósito un análisis incluyeron pacientes pertenecientes a la cohorte del Registro TVT sometidos a ViV-TAVI con prótesis valvular SAPIEN 3 o Ultra (S3/U) durante el periodo comprendido entre diciembre de 2020 a marzo de 2022. Así, se estratificó el análisis de acuerdo se haya intentado o no el procedimiento de BVF durante el ViV-TAVI. Como análisis secundario, se estratificó al subgrupo con intento de BVF de acuerdo se haya realizado antes o después del ViV-TAVI. Se analizó como objetivo de seguridad la mortalidad intrahospitalaria por todas las causas. A su vez, se analizaron parámetros hemodinámicos y ecocardiográficos.
De acuerdo a este registro contemporáneo de USA de pacientes sometidos a Valve-in-Valve con prótesis Sapien 3/Ultra, la realización de fractura de la prótesis biológica previamente implantada se asoció a un incremento de la mortalidad intrahospitalaria, principalmente cuando el intento de fractura fue previo al implante.
Se observó que, de un total de 685 centros médicos analizados que realizaban ViV-TAVI, sólo 239 realizaban el procedimiento de BVF, y solo 35 centros realizaron ≥5 BVF. A su vez, la mayoría de los centros realizaban BVF previo al ViV-TAVI. La efdad promedio de la poblacion muestral con intento de BVF fue de 73.7±9.9 añ0s, con un 69.3% de sexo masculino y un promedio de score STS 5.1±4.1. A su vez, el 40.4% presentaba fibrilación auricular concomitante, el 38.1% cirugía de revascularización miocárdica previa y el 12.9% presentaba un implante de marcapasos definitivo.
En términos de los objetivos clínicos analizados, se observó que el subgrupo con BVF presentaba una mayor mortalidad intrahospitalaria (OR 2.51 [IC95% 1.30-4.84]; p<0.01), una mayor mortalidad por causa cardiovascular (OR 2.47 [IC95% 1.13-5.39]; p=0.02), y una mayor mortalidad total y accidente cerebrovascular (OR 1.94 [IC 95% 1.13-3.33]; p=0.02) con una diferencia estadísticamente significativa en relación al subgrupo sin intento de BVF. A su vez, el subgrupo con intento de BVF presentó un incremento estadísticamente significativo de sangrado mayor, en relación al grupo sin BVF (OR 2.55 [IC 95% 1.44-4.50]; p<0.01).
Mediante el BVF se logró una mayor área valvular aórtica al momento del egreso sanatorial (1.6 vs. 1.4; p<0.01), y un menor gradiente transvalvular aórtico (18.2 vs. 22.0; p<0.01). A su vez, y frente al análisis del momento del intento de BVF, se observó incremento de la mortalidad intrahospitalaria por cualquier causa y por causa cardiovascular en el subgrupo con intento de BVF previo al ViV-TAVI, sin diferencias en el subgrupo con intento de BVF posterior al implante.
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Médico Cardiólogo UBA-SAC - Residente de Hemodinamia y Cardiología Intervencionista en Hospital Italiano de Buenos Aires - Editor MedEcs.