Las manifestaciones clínicas de la enfermedad por COVID-19 son por demás variadas, oscilando entre un cuadro clínico asintomático hasta un distrés respiratorio agudo severo con requerimientos de asistencia respiratoria mecánica. En este contexto, tanto la enfermedad por COVID-19 como la infección por otros virus respiratorios podría estar asociada una alteración del sistema de hemostasia fisiológica, con la ocurrencia de eventos hemorrágicos y trombóticos concomitantes.
Diversos estudios han demostrado que la enfermedad por COVID-19 podría asociarse a un incremento de eventos tromboembólicos venosos (ETV), particularmente en el subgrupo de pacientes hospitalizados secundario a una neumonía por COVID-19. Así, hasta la fecha no se ha sido documentada la incidencia de ETV en pacientes hospitalizados por neumonía secundaria a COVID-19, como tampoco se ha contrastado esta incidencia con aquella asociada a la neumonía adquirida en la comunidad (NAC).
El objetivo del presente estudio realizado por Fei Mei y colaboradores del Yichang Central People ‘s Hospital (China) fue analizar y comparar el riesgo de ocurrencia de ETV en pacientes hospitalizados por neumonía secundaria a COVID-19 o NAC, respectivamente.
Se realizó con este propósito un análisis retrospectivo de 616 reportes médicos de pacientes hospitalizados por neumonía pertenecientes a un centro médico de China. Los pacientes hospitalizados por neumonía secundaria a COVID-19 recibieron atención médica en unidades especiales para ese fin, mientras que aquellos con NAC fueron hospitalizados en sala general. El riesgo de ocurrencia de ETV fue determinado mediante un score de riesgo desarrollado y validado para tal fin (score de Padua).
Todos los pacientes analizados recibieron tromboprofilaxis farmacológica o mecánica con el fin de evitar un ETV. A su vez, el diagnóstico de ETV fue realizado a partir de la realización de un Doppler o angiotomografía computada, respectivamente. Del total de pacientes incluidos para el análisis (n=616), 256 pacientes presentaban neumonía secundaria a COVID-19, mientras que 360 presentaron NAC.
La neumonía secundaria a COVID-19 se asocia a un estado de hipercoagulabilidad, y no presenta una diferencia estadísticamente significativa en términos de eventos tromboembólicos venosos en relación a la neumonía adquirida en la comunidad.
No se observaron diferencias estadísticamente significativas en términos de la incidencia de ETV entre ambos subgrupos analizados (COVID-19 2% vs. NAC 3.6%; p=0.229). A su vez, el 15.6% de los pacientes con neumonía por COVID-19 y el 10% de los pacientes con NAC presentaron un alto riesgo de ocurrencia de ETV (score de Padua >4 puntos), con una diferencia estadísticamente significativa entre ambos subgrupos (p=0.036).
Dentro del análisis del subgrupo de pacientes con alto riesgo de ETV, se observó una incidencia de ETV de 12.5% dentro de los pacientes hospitalizados por neumonía secundaria a COVID-19, en relaciona un 16.7% dentro del subgrupo NAC, sin observarse una diferencia estadísticamente significativa dentro de este subgrupo (p=0.606).
A su vez, analizando el subgrupo de pacientes con enfermedad crítica, el subgrupo de pacientes con COVID-19 presentó una incidencia de ETV de 6.7%, en relación a un 13% dentro del subgrupo NAC (p=0.484). No se observaron diferencias estadísticamente significativas en términos de mortalidad intrahospitalaria entre los pacientes hospitalizados por neumonía secundaria a COVID-19 o NAC (6.3% vs. 3.9%; p=0.180).
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Médico Cardiólogo UBA-SAC - Residente de Hemodinamia y Cardiología Intervencionista en Hospital Italiano de Buenos Aires - Editor MedEcs.