En el escenario clínico de un síndrome coronario agudo (SCA) es de vital importancia identificar en forma precoz las complicaciones mecánicas concomitantes a fin de implementar un tratamiento oportuno e individualizado. En este contexto, los defectos del septum interventricular (dSIV) post SCA es una entidad poco frecuente pero con una evolución clínica ominosa.
Hasta la fecha, el tratamiento principal para el dSIV post SCA es la cirugía reparadora, mientras que se han desarrollado diversas estrategias de abordaje terapéutico percutáneo con una utilización creciente a lo largo de los años. Así, no se ha realizado el contraste entre el tratamiento quirúrgico o percutáneo del dSIV post SCA.
El objetivo del presente estudio realizado por Joel Giblett y colaboradores fue analizar las implicancias y evolución clínica en el seguimiento de pacientes con dSVI post SCA tratados mediante cirugía o en forma percutánea, respectivamente.
Se identificaron con este propósito pacientes con dSVI reparados en forma percutánea o quirúrgica pertenecientes a 11 centros médicos de UK, durante el periodo comprendido entre 2010 a 2021. Así, se analizó como objetivo primario la mortalidad por todas las causas en el seguimiento, clasificando a la cohorte de pacientes incluidas de acuerdo a la estrategia de tratamiento inicial (quirúrgica o. percutánea).
Se incluyeron para el análisis un total de 362 pacientes, dentro de los cuales 416 recibieron algún tipo de procedimiento terapéutico (131 percutáneo, 231 quirúrgico). A su vez, dentro del subgrupo de pacientes sometidos a tratamiento percutáneo inicial, el 16/1% fue luego sometido a una cirugía posterior, mientras que dentro del subgrupo quirúrgico, el 7.8% fue sometido a un procedimiento percutáneo posterior.
En pacientes con un defecto del septum interventricular secundario a un síndrome coronario agudo, el tratamiento quirúrgico y percutáneo son opciones compatibles y sin diferencias en términos de mortalidad a largo plazo.
Se observó un tiempo similar entre el SCA y el tratamiento impartido entre ambos grupos analizados (percutáneo 9 vs. quirúrgico 9 días; p=0.18). Los pacientes sometidos a tratamiento quirúrgico presentaron mayormente shock cardiogénico (62.8% vs. 51.9%; p=0.044), mientras que el subgrupo de pacientes sometidos a un procedimiento percutáneo fueron más añosos (72 vs. 67 años; p<0.001) y fueron más frecuentemente discutidos en Heart Teams, en relación a aquellos sometidos a un procedimiento quirúrgico.
No se observaron diferencias estadísticamente significativas en términos de mortalidad a largo plazo entre ambos subgrupos analizados (61.1% vs. 53.7%; p=0.17). Por contraparte, se evidenció una menor mortalidad intrahospitalaria en el subgrupo sometido a un procedimiento quirúrgico, en relación a aquellos bajo tratamiento percutáneo (55.0% vs. 44.2%; p=0.048).
Se identificaron como factores de riesgo independiente de mayor mortalidad a largo plazo a la presencia de shock cardiogénico (HR 1.97 [IC 95% 1.37-2.84]; p<0.001), procedimiento percutaneo (HR 1.44 [IC95% 1.01-2.05]; p=0.042) y al número de vasos comprometidos por enfermedad coronaria ateroesclerótica (HR 1.22 [IC 95% 1.01-1.47]; p=0.043).
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Médico Cardiólogo UBA-SAC - Residente de Hemodinamia y Cardiología Intervencionista en Hospital Italiano de Buenos Aires - Editor MedEcs.