El café es una de las bebidas más consumidas en el mundo; sin embargo, los efectos agudos en la salud siguen siendo en gran parte inciertos. A pesar de la común advertencia de que el café debe evitarse debido a los efectos proarritmicos asociados, la evidencia que sustenta esta advertencia es contradictoria.
Se publicaron los resultados del estudio CRAVE, estudio prospectivo, aleatorizado, unicéntrico, de 14 días de duración realizado para evaluar, mediante un diseño cruzado, el efecto agudo del consumo de café en la ocurrencia de arritmias cardiacas, actividad física, sueño y niveles de glucosa en participantes sanos.
Los participantes fueron asignados aleatoriamente a consumir café con cafeína o a evitar la cafeína durante periodos de 2 días. Las asignaciones aleatorias se realizaron mediante mensajes de texto diarios enviados durante un periodo de 14 días.
El punto final primario fue el número medio de extrasístoles auriculares diarias.
Como eventos secundarios se evaluaron el número diario de extrasístoles ventriculares, el número diario de episodios de taquicardia supraventricular o ventricular, los pasos diarios, minutos de sueño y los niveles diarios de glucosa en sangre.
Se incluyeron un total de 100 adultos que fueron equipados con un dispositivo de electrocardiograma de registro continuo, un acelerómetro de muñeca y un monitor continuo de glucosa. Los participantes descargaron una aplicación de smartphone para recopilar datos de geolocalización. Se utilizaron mensajes de texto diarios, enviados durante un periodo de 14 días, para indicar aleatoriamente a los participantes que consumieran café con cafeína o que evitaran la cafeína.
La edad media de los participantes era de 39±13 años, de los cuales un 51% eran mujeres y 51% eran blancos no hispanos.
El consumo de café con cafeína se asoció con un promedio de 58 extrasístoles auriculares diarias en comparación con 53 eventos diarios en los días en que se evitó el consumo de cafeína (RR 1.09, IC95%: 0.98-1.20, p=0.10).
Durante los dias en que los participantes consumieron café, se registró un mayor promedio diario de extrasístoles ventriculares en comparación con los días en que no lo consumieron (154 vs. 102, respectivamente; RR 1.51, IC95%: 1.18-1.94). Sin embargo, el análisis por tratamiento indicó que los participantes que consumían solo una taza de café al día no presentaron esta relación entre el café y la aparición de extrasístoles ventriculares.
El número de episodios de taquicardia tanto supraventricular como ventricular no sostenida fue similar entre ambos grupos.
Además, el consumo diario de café se asoció con un mayor número de pasos diarios registrados (10.646 y 9.665 pasos diarios; diferencia media, 1058, IC95%: 441-1675), menos minutos de sueño por noche y similares niveles de glucosa serica en comparación con el periodo en que no consumieron café.
¿Qué podemos recordar?
El consumo de café no se asoció con un aumento en el número de extrasístoles auriculares diarias entre los participantes.
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