La actividad física y el sueño son dos componentes clave del estilo de vida; sin embargo, no está claro como interactúan en la promoción de la salud.
Para abordar esta cuestión, Yannis Yan Liang y cols. analizaron los pacientes del Biobanco del Reino Unido buscando evaluar la asociación conjunta entre la actividad física medida por acelerometría y la duración del sueño con el riesgo de mortalidad.
La duración del sueño se dividió en corta (< 6 h/día), normal (6-8 h/día) y larga (> 8 h/día), el volumen total de actividad física en tres niveles según terciles (alto, intermedio y bajo) y la actividad física moderada o vigorosa (AFMV), según las pautas de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los autores plantearon la hipótesis que el riesgo de mortalidad asociado con una duración corta o larga del sueño se podría reducir por un alto volumen de actividad física o se eliminaría al cumplir con las recomendaciones de AFMV.
Para ello realizaron un registro de acelerometría de 7 días en 92.221 participantes del entre febrero de 2013 y diciembre de 2015. La edad media de los participantes era 62.4±7.8 años, con un 56.4% de mujeres.
El 73.2%, 19.7% y 7.1% de los participantes presentaban una duración normal, larga y corta del sueño, respectivamente. El 33.4% de los participantes eran físicamente inactivos.
Durante una mediana de seguimiento de 7 años, fallecieron 3.080 adultos, 1.074 por enfermedad cardiovascular y 1.871 por cáncer.
La duración del sueño se asoció con la mortalidad por todas las causas y cardiovascular con un patrón en forma de U y L, respectivamente, pero no se asoció con la mortalidad por cáncer.
Considerada como variable categórica, comparado con la duración normal del sueño, solo el sueño de corta duración se asoció con un mayor riesgo de mortalidad por todas las causas (HR 1.34, IC95%: 1.18-1.51) y cardiovascular (HR 1.56, IC95%: 1.29-1.89) en el analisis multivariable.
Se observaron patrones dosis-respuesta no lineales en las asociaciones de una mayor cantidad de AF total o AFMV con un menor riesgo de mortalidad por todas las causas, cardiovascular y por cáncer.
Un mayor volumen de AF, comparado con un volumen bajo de AF, consiguió un beneficio espectacular de casi el 50% de reducción de los riesgos de mortalidad por todas las causas, cardiovascular y por cáncer.
La AFMV recomendada también redujo sustancialmente la mortalidad por todas las causas (HR 0.67, IC95%: 0.48-0.59), cardiovascular (HR 0.61, IC95%: 0.52-0.71) y por cáncer (HR 0.73, IC95%: 0.65-0.81).
La actividad física y la duración del sueño tuvieron interacciones aditivas y multiplicativas sobre el riesgo de mortalidad.
En comparación con los participantes que realizaban AFMV recomendada por las guías clínicas y duración normal del sueño, aquellos que no realizaban AFMV recomendada, pero tenían una duración de sueño corta o larga, presentaban un mayor riesgo de mortalidad por todas las causas (sueño corto: HR 1.88, IC95%: 1.61-2.20; sueño largo: HR 1.69, IC95%: 1.49-1.90).
Un mayor volumen de AF o AFMV atenuó los efectos perjudiciales de la duración corta o larga del sueño sobre los riesgo de mortalidad por todas las causas y por enfermedad cardiovascular.
¿Qué podemos recordar?
La actividad física y la duración del sueño se asociaron conjuntamente con los riesgos de mortalidad por todas las causas, cardiovascular y por cáncer.
El cumplimiento de las recomendaciones de AFMV o un mayor volumen de AF a cualquier intensidad disminuyó potencialmente los efectos adversos sobre la mortalidad por todas las causas y por causas especificas asociada a la duración corta o larga del sueño.
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