La enfermedad renal crónica (ERC) afecta a más del 10% de la población mundial y aumenta significativamente el riesgo de eventos cardiovasculares.
De hecho, el 50% de los pacientes en etapas avanzadas de ERC sufren enfermedades cardiovasculares (ECV), y la mortalidad relacionada con estas condiciones representa aproximadamente la mitad de las muertes en este grupo. Dado que la ERC a menudo es asintomática en sus etapas iniciales, muchos pacientes no reciben tratamiento oportuno.
Los estudios han demostrado que el control de factores de riesgo como la diabetes, hipertensión y hiperlipidemia puede retrasar el deterioro renal y disminuir tanto la mortalidad como la incidencia de eventos cardiovasculares en pacientes con ERC. Sin embargo, no se ha investigado suficientemente si el control conjunto de estos factores está asociado con un progreso más lento de la ERC y un menor riesgo cardiovascular.
Para abordar esta cuestion, Tingting Geng y cols. evaluaron si el riesgo excesivo de eventos de ECV y muerte entre los pacientes con ERC podría reducirse mediante un control riguroso de la presión arterial (presión arterial sistólica: <130 mm Hg), lípidos (C-LDL <2.6 mmol/L) y glucosa (glucosa en ayunas: <6.1 mmol/L).
Los autores incluyeron a 20.254 pacientes con ERC, libres de ECV o enfermedad renal en etapa terminal y emparejándolos con 35.236 individuos de control según la edad (±2 años) y el sexo, a partir de datos del estudio Kailuan.
En la muestra, el 9.1%, 33.5%, 42% y 15.4% de los participantes tenían 0, 1, 2 y 3 factores de riesgo cardiovascular controlados, respectivamente.
Durante un período de seguimiento medio de 12.2 a 12.5 años, se documentaron 3.875 muertes, 1.888 casos de accidente cerebrovascular (ACV), 513 casos de infarto de miocardio (IAM) y 4,825 casos de progresión de la ERC.
Entre los pacientes con ERC, aquellos que tenían controlados los 3 factores de riesgo presentaron una reducción significativa en las tasas de IAM (HR 0.43, IC95%: 0.29-0.65), ACV (HR 0.39, IC95%: 0.32-0.48) y mortalidad por todas las causas (HR 0.61, IC95%: 0.53-0.71), en comparación con aquellos sin FRC controlados.
Además, el control de los factores de riesgo se asoció de manera dosis-dependiente con una disminución en el riesgo de IAM, ACV, progresión de la ERC y mortalidad.
Asimismo, en comparación con los individuos de control sin ERC, tener los 3 FRC dentro de los rangos objetivos podría eliminar teóricamente el riesgo excesivo de ECV y mortalidad asociado con la ERC.
Para los pacientes con ERC que mantenían controlados estos factores, los HR fueron 0.80 (IC 95%: 0.56-1.14) para IAM, 0.93 (IC 95%: 0.78-1.12) para ACV y 1.10 (IC 95%: 0.98-1.24) para mortalidad por todas las causas en comparación con los individuos de control sin ERC.
Cada factor de riesgo adicional controlado estaba relacionado con un riesgo un 12% menor de desarrollar progresión de ERC (HR 0.88, IC95%: 0.85-0.91).
¿Qué podemos recordar?
Los pacientes con ERC que tenían presión arterial, lípidos y glucosa controlados no mostraron un riesgo excesivo de muerte, infarto de miocardio o accidente cerebrovascular en comparación con la población general.
Estos hallazgos destacan la importancia de una gestión rigurosa de los factores de riesgo para mitigar los resultados adversos en pacientes con ERC, subrayando la necesidad de enfoques preventivos en esta población vulnerable.