La ingesta excesiva aguda de alcohol puede provocar el “síndrome del corazón festivo”, caracterizado por arritmias cardiacas, incluida la fibrilación auricular (FA).
El estudio MunichBREW, que involucró a más de 3,000 participantes en el Oktoberfest de Múnich, encontró una asociación significativa entre la concentración de alcohol en aire espirado y la aparición de arritmias cardíacas.
Stefan Brunner y cols. llevaron a cabo el estudio MunichBREW II, un estudio de cohorte prospectivo diseñado para evaluar la ocurrencia y el curso temporal de las arritmias cardíacas durante y después del consumo excesivo de alcohol en adultos jóvenes.
Se incluyeron un total de 193 participantes que planeaban un consumo agudo de alcohol con concentraciones de alcohol en aire espirado esperadas ≥ 1.2 g/kg.
Los participantes fueron sometidos a un monitoreo electrocardiográfico (ECG) de 48 h que abarcaba el inicio (hora 0), el “periodo de bebida” (horas 1 a 5), el “periodo de recuperación” (horas 6 a 19) y dos periodos de control correspondientes a 24 h luego de los periodos de “bebida” y “recuperación”, respectivamente.
La ingesta aguda de alcohol se monitorizó mediante mediciones de concentraciones de alcohol en aire espirado durante el “periodo de bebida”.
Los ECG fueron analizados para determinar la frecuencia cardiaca (FC) media, taquicardias auriculares (TA), complejos auriculares prematuros (CAP), complejos ventriculares prematuros (CVP) y medidas de variabilidad de la frecuencia cardíaca.
La edad media fue 29.9±10.6 años y el 36% eran mujeres. Ninguno de los participantes presentaba antecedentes de arritmias cardiacas. En cuanto al consumo crónico de alcohol, la cantidad media de alcohol consumida diariamente fue de 22.9 g/d.
El número mediano de sesiones de consumo excesivo de alcohol durante los últimos 6 meses fue de 5. Los participantes del estudio registraron la cantidad y el tipo de alcohol consumido durante el “periodo de bebida”.
El numero promedio de unidades de bebida consumidas fue de 3.0 ± 2.9 unidades de cerveza, 2.1 ± 2.8 unidades de vino, 4.1 ± 4.0 unidades de licor y 2.0 ± 2.7 unidades de tragos. Tres cuartos de los participantes consumieron ≥2 tipos diferentes de bebidas alcohólicas durante el “período de bebida”
Se observó un aumento en la FC y un exceso de TA con el incremento de la ingesta de alcohol.
El análisis de variabilidad de la FC indicó una modulación automática con activación simpática durante el consumo de alcohol y el posterior “periodo de recuperación”, seguido de una predominancia parasimpática.
Los CAP ocurrieron con una frecuencia significativamente mayor en los “periodos de control”, mientras que los CVP fueron mas frecuentes en el “periodo de bebida”.
El 5.2% de los participantes presentaron episodios arrítmicos notables, incluyendo FA y taquicardias ventriculares, principalmente durante el “periodo de recuperación”.
¿Qué podemos recordar?
Estos resultados destacan el impacto del consumo excesivo de alcohol en las alteraciones de la FC y el aumento de las taquicardias auriculares durante el “período de bebida”, así como la ocurrencia de arritmias clínicamente relevantes durante el “período de recuperación”.