El implante valvular aórtico percutáneo (TAVI) en pacientes con estenosis de la válvula aórtica bicúspide (VAB) presenta desafíos técnicos significativos debido a la presencia de anillos más grandes y elípticos, un rafe fibrótico o calcificado, y una calcificación severa que afecta las valvas, el anillo o el tracto de salida del ventrículo izquierdo (TSVI). Estos factores aumentan el riesgo de regurgitación paravalvular (RPV) en estos pacientes.
Andrea Zito y cols. realizaron un estudio multicéntrico con el propósito de evaluar la incidencia, los factores predictivos y los resultados clínicos de la RPV post-TAVI en pacientes con estenosis de VAB tipo 1 de Sievers.
Los resultados fueron presentados en el Congreso EuroPCR 2024 y fueron publicados simultáneamente en JACC.
Se incluyeron pacientes consecutivos con estenosis severa de VAB tipo 1 de Sievers sometidos a TAVI con válvulas cardíacas transcatéter de última generación en 24 centros internacionales.
La RPV se clasificó como nula/mínima, leve, moderada y severa según criterios ecocardiográficos.
El criterio de valoración de los eventos adversos mayores (EAM), definidos como una combinación de muerte por cualquier causa, accidente cerebrovascular u hospitalización por insuficiencia cardiaca (IC), se evaluó en el último seguimiento disponible.
Se incluyó a un total de 946 pacientes sometidos a TAVI, con una mediana de edad de 78 años, 62.6% de hombres y un puntaje promedio de STS de 2.5%. La localización más frecuente del rafe fue entre la cúspide coronaria derecha e izquierda en el 85.2% de los pacientes. La calcificación severa que comprometía las valvas, rafe y el anillo/TSVI fue frecuente, observándose en el 38.5%, 26.1% y 4.9%, respectivamente.
En cuanto a los dispositivos implantados, el 44.1% de los pacientes recibió dispositivos balón expandibles y el 55.9% restante autoexpandibles. Se realizó pre y post dilatación en el 70% y 35.4% de los casos, respectivamente. El éxito técnico se logró en el 95.7% de los pacientes.
En el ecocardiograma previo al alta, el 44.7% de los pacientes presentó RVP, siendo leve en el 40.9%, moderada en el 3.4% y severa en el 0.4%.
Comparados con los pacientes con RPV leve y aquellos con RPV mínima/sin RPV, los pacientes con RPV moderada o severa fueron tratados más frecuentemente con dispositivos autoexpandibles (91.7% vs. 67.4% vs. 44.9%, p<0.001), dispositivos sin pollera externa (41.7% vs. 26.1% vs. 17.8%, p=0.001), múltiples válvulas (5.6% vs. 2.6% vs 1%, p=0.042) y se les realizó pre y post dilatación con mayor frecuencia.
Asimismo, estos pacientes con RPV moderada o severa presentaron una mayor tasa de implante de marcapasos definitivo (28.6% vs. 16.9%, 11.7%, p=0.006).
Se identificaron los siguientes predictores de RPV moderada o severa:
- Mayor perímetro del anillo virtual del rafe.
- Calcificación anular/TSVI severa.
- Uso de válvulas autoexpandibles.
- Posicionamiento supra anular intencional.
En un segundo modelo de análisis de regresión logística multivariable, que incluyó los modelos de válvulas transcatéter, y tomando la válvula Sapien 3/3 Ultra como plataforma de referencia, se identificó que las válvulas Evolut R, Evolut Pro/Pro+ y Portico, fueron predictores independientes de RPV, mientras que Acurate Neo, Acurate Neo 2 y Navitor no lo fueron.
En una mediana de seguimiento de 1,3 años, la RVP moderada o grave, pero no la RPV leve, se asoció a un mayor riesgo de EAM (HR aj 2.52, IC95%: 1.24-5.09).
¿Qué podemos recordar?
Tras un TAVI con dispositivos de última generación en pacientes con estenosis severa de VAB tipo 1 de Sievers, se produjo una RPV moderada o grave en aproximadamente el 4% de los casos y se asoció a un mayor riesgo de MAE durante el seguimiento.
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