La deficiencia de hierro (DH) es un reconocido marcador de mal pronóstico en la insuficiencia cardíaca crónica. Sin embargo, su papel en el infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST (IAMCEST) ha sido escasamente explorado. Si bien estudios previos en síndromes coronarios agudos han mostrado asociaciones entre la DH y eventos a largo plazo, se desconoce su impacto en la reperfusión miocárdica temprana posterior a la intervención coronaria percutánea (ICP) primaria. A esto se suma la controversia vigente sobre los criterios diagnósticos para definir la DH, ya que la saturación de transferrina (TSAT) ha mostrado mayor valor pronóstico que la ferritina en escenarios cardiovasculares.
José A. Barrabés y cols. evaluaron si la DH se asocia con una reperfusión miocárdica deteriorada y peores resultados intrahospitalarios en pacientes con IAMCEST tratados mediante ICP primaria. Asimismo, se analizó cómo varía esta asociación según la definición utilizada, y se exploró el valor pronóstico del receptor soluble de transferrina (sTR) como marcador complementario.
Se incluyeron 942 pacientes consecutivos con IAMCEST tratados exitosamente mediante ICP primaria. La DH se definió según tres enfoques: los criterios de guías internacionales (ferritina <100 ng/mL o ferritina 100–299 ng/mL con TSAT <20%), una TSAT <20%, y hierro sérico ≤13 μmol/L.
En un subgrupo de 595 pacientes se determinaron también los niveles de sTR.
La reperfusión miocárdica deteriorada se definió como una resolución del segmento ST <50% entre los 60 y 90 minutos posteriores al procedimiento.
La prevalencia de DH varió ampliamente según la definición utilizada: el 49% de los pacientes cumplía criterios de las guías, el 24,2% presentaba ferritina <100 ng/mL, el 57,4% tenía una TSAT <20% y el 76% mostraba hierro sérico ≤13 μmol/L. En cuanto a la reperfusión, el 29% de los pacientes presentó una resolución del ST <50% tras la ICP, mientras que una reperfusión miocárdica óptima (resolución ST ≥70%) se logró en el 44,3% de los casos.
La DH se asoció significativamente con una reperfusión miocárdica deteriorada, pero esta asociación dependió del criterio diagnóstico utilizado.
Fue más fuerte cuando se definió por TSAT <20%, donde el 41% de los pacientes no alcanzó una resolución del ST ≥50%, comparado con solo el 12,7% en aquellos con TSAT ≥20% (P<0,001). La asociación fue más débil para el hierro sérico ≤13 μmol/L, marginal con los criterios de las guías, y ausente para la ferritina <100 ng/mL. Estos hallazgos se mantuvieron consistentes al utilizar un umbral alternativo de resolución ST ≥70%.
En los análisis multivariables, la TSAT <20% se confirmó como un predictor independiente tanto de reperfusión deteriorada (OR 3,82; IC 95%: 2,62–5,56; P<0,001) como de ausencia de reperfusión óptima (OR 2,45; IC 95%: 1,83–3,28; P<0,001). También se identificaron como factores asociados la ausencia de tabaquismo, la presencia de diabetes y un tiempo de isquemia prolongado.
Solo la TSAT <20% —y no las definiciones basadas en ferritina— se asoció con una evolución clínica desfavorable, disfunción ventricular izquierda y mayor mortalidad intrahospitalaria. Además, se mantuvo como predictor independiente de mala reperfusión incluso tras ajustar por anemia y otras variables basales.
¿Qué nos deja este articulo?
La DH definida por una saturación de transferrina <20% se asocia de manera sólida con una peor resolución del ST y con un pronóstico intrahospitalario adverso en pacientes con IAMCEST tratados con angioplastia primaria.
Otras definiciones de DH muestran asociaciones más débiles o nulas con la reperfusión miocárdica o con los desenlaces clínicos.
Estos hallazgos respaldan el uso de la TSAT como principal criterio diagnóstico de DH en contextos agudos y resaltan la necesidad de más estudios que evalúen estrategias terapéuticas dirigidas a la corrección de la DH en este escenario.