La fibrilación auricular (FA) es una complicación frecuente en pacientes con infarto agudo de miocardio con elevación del ST (IAMCEST), afectando entre el 5% y el 14% de los casos, y se asocia con complicaciones graves durante la hospitalización, como insuficiencia cardíaca aguda, edema pulmonar, shock cardiogénico, sangrado mayor, accidente cerebrovascular y aumento de la mortalidad intrahospitalaria.
Incluso después de una revascularización exitosa y el alta hospitalaria, los pacientes con FA durante IAMCEST mantienen un riesgo elevado de eventos trombóticos y hemorrágicos a largo plazo.
El desarrollo de FA en el contexto de isquemia aguda puede ser precipitado por hipoxia, alteraciones electrolíticas, catecolaminas, disfunción ventricular izquierda e inflamación, factores que actúan sobre un sustrato auricular preexistente. Sin embargo, no está claro si un primer episodio transitorio de FA durante IAMCEST puede considerarse reversible ni cuál es su probabilidad de recurrencia, y tampoco se sabe si estos pacientes requieren un manejo diferente al de aquellos con FA paroxística o persistente preexistente en términos de riesgo tromboembólico a largo plazo.
Diversos índices y medidas electrocardiográficas, como la duración y el voltaje de la onda P, el bloqueo interauricular y la fuerza terminal de la onda P en V1, se han asociado con el riesgo de FA en población general y tras infarto, reflejando remodelado auricular y fibrosis. No obstante, su capacidad para predecir recurrencia de FA en pacientes dados de alta en ritmo sinusal tras un episodio transitorio de FA durante IAMCEST no había sido evaluada previamente.
Marina M. Demidova y cols. buscaron determinar el riesgo de recurrencia de FA y los posibles predictores tras un primer episodio transitorio durante la hospitalización por IAMCEST.
Para ello, desarrollaron un estudio de cohorte unicéntrico, basado en registros, que incluyó pacientes con IAMCEST dados de alta vivos tras angioplastia primaria entre 2007 y 2010, con seguimiento hasta 2018. Se revisaron sistemáticamente todos los electrocardiogramas previos, durante y posteriores al evento índice.
El punto final primario fue el primer episodio de FA documentado tras el alta, y el secundario la mortalidad total.
El grupo de estudio incluyó 2.120 pacientes, de los cuales 127 (5,9%) presentaron FA transitoria de novo durante la hospitalización por IAMCEST, 164 (7,7%) tenían FA preexistente y 1.829 (86,3%) no presentaron FA ni antes ni durante el IAMCEST.
De los 127 pacientes con FA de novo, en 31 la FA se detectó antes de la angioplastia, con un tiempo desde el inicio de los síntomas del IAMCEST hasta la detección de FA de 2 horas, mientras que en 96 pacientes se observó después del procedimiento, con un tiempo de 49 horas desde el inicio de los síntomas.
Los pacientes con FA transitoria durante el IAMCEST mostraron un riesgo significativamente mayor de desarrollar FA durante el seguimiento (HR 4,82; IC95% 3,86–6,02; p<0,001), con una recurrencia acumulada del 28% al primer año.
Además, la presencia de FA transitoria se asoció con mayor mortalidad a largo plazo (HR 1,17; IC95% 1,01–1,35; p=0,033).
Ninguna característica clínica o demográfica predijo la recurrencia, salvo el voltaje bajo de la onda P en la derivación I al alta, que se asoció de manera independiente con un mayor riesgo (HR 2,39; IC95% 1,23–4,62; p=0,010).
¿Qué nos deja este estudio?
Estos resultados muestran que la FA de nuevo inicio durante un IAMCEST no es un fenómeno benigno ni exclusivamente transitorio. Los pacientes con este hallazgo presentan mayor riesgo de recurrencia de FA tras el alta y mayor mortalidad a largo plazo, y la electrocardiografía al alta puede ofrecer información pronóstica relevante, como el voltaje bajo de la onda P en DI.
Desde el punto de vista clínico, la presencia de FA durante la fase aguda del IAMCEST requiere un seguimiento estrecho, vigilancia específica para recurrencia de FA y optimización de la estratificación de riesgo.
Asimismo, estos hallazgos plantean interrogantes sobre la utilidad de estrategias preventivas más intensivas, incluyendo el papel de la anticoagulación temprana o prolongada en este subgrupo de pacientes.