El consumo de alcohol es un factor reconocido en la elevación de la presión arterial (PA). Sin embargo, la relación entre los cambios en un consumo leve a moderado (≤1 bebida diaria en mujeres y ≤2 en hombres), especialmente su suspensión, y las variaciones en la PA no ha sido completamente aclarada.
El objetivo del estudio reaizado por Takahiro Suzuki y cols. fue evaluar la asociación entre la suspensión o el inicio del consumo de alcohol y los cambios subsecuentes en la PA, con un enfoque específico en las diferencias por sexo, los niveles de ingesta leve a moderada y el tipo de bebida alcohólica.
Se analizaron datos de adultos que asistieron a chequeos anuales en un centro japonés de medicina preventiva entre octubre de 2012 y marzo de 2024. Se evaluaron las variaciones en la presión arterial sistólica (PAS) y diastólica (PAD) entre visitas consecutivas. La ingesta alcohólica se autoinformó en bebidas estándar (1 bebida = 10 g de etanol). Las asociaciones entre suspensión/inicio del consumo y los cambios en PA se analizaron mediante ecuaciones de estimación generalizadas, ajustadas por características demográficas, antecedentes clínicos y comportamientos de estilo de vida.
Entre 359.717 visitas de 58.943 participantes, la cohorte de suspensión (53.156 visitas; 25.621 participantes; mediana de edad 50,5 años; 52,1% mujeres) mostró que dejar de beber se asoció con reducciones de la PA dependientes de la dosis.
- Mujeres:
- Suspender 0,5 a 1,0 bebidas/día no se asoció con un cambio estadísticamente significativo en la PAS (−0,44 mm Hg; IC 95%: −0,93 a 0,06), y se asoció con un cambio de −0,41 mm Hg (IC 95%: −0,77 a −0,05) en la PAD.
- Suspender 1,0 a 2,0 bebidas/día se asoció con cambios de −0,78 mm Hg (IC 95%: −1,53 a −0,04) en la PAS y −1,14 mm Hg (IC 95%: −1,68 a −0,61) en la PAD.
- Hombres:
- Suspender 0,5 a 1,0 bebidas/día no se asoció con cambios significativos en PAS (−0,27 mm Hg; IC 95%: −0,81 a 0,27) ni en PAD (−0,39 mm Hg; IC 95%: −0,77 a 0,01).
- Suspender 1,0 a 2,0 bebidas/día se asoció con cambios de −1,03 mm Hg (IC 95%: −1,70 a −0,35) en la PAS y −1,62 mm Hg (IC 95%: −2,11 a −1,12) en la PAD.
La cohorte de inicio (128.552 visitas, 31.532 participantes, mediana de edad 50,0 años, 70,4% mujeres) mostró incrementos de la PA dependientes de la dosis luego de comenzar a beber, con una dirección del efecto consistente entre ambos sexos.
Los análisis según tipo de bebida revelaron efectos similares sobre la PA independientemente del tipo de alcohol en ambas cohortes.
¿Qué nos deja este estudio?
Incluso a niveles bajos, el consumo de alcohol se asoció con presiones arteriales más altas, mientras que la suspensión se asoció con presiones más bajas en ambos sexos. Estos hallazgos sugieren que dejar de beber es una estrategia ampliamente aplicable para el control de la PA, incluso entre personas con consumo leve a moderado. En este amplio conjunto de datos, los cambios en la PA en mujeres asociados con consumos tan bajos como 0,5 a 1 bebida por díafueron detectables.
