El tabaquismo es un factor de riesgo modificable clave en el desarrollo y la progresión de la arteriopatía periférica, que a menudo se manifiesta como claudicación intermitente (CI). Dejar de fumar es un tratamiento de primera línea para la CI, a pesar de lo cual una minoría de pacientes lo hace previo a la revascularización electiva.
Katherine Reitz y cols realizaron un estudio de cohorte retrospectivo con el objetivo de evaluar si el tabaquismo previo a la revascularización se asocia a un mayor riesgo de complicaciones tempranas tras la revascularización electiva quirúrgica y endovascular.
Los autores utilizaron la base de datos del Programa de Veteranos de Mejora de la Calidad Quirúrgica, que incluyó todos los casos con un diagnóstico primario de CI.
Se evaluó la ocurrencia de cualquier complicación y la mortalidad a los 30 días de la población global y de subgrupos preespecificados.
De los 14.350 casos de revascularización electiva que fueron incluidos el 98.2% eran hombres con una edad media de 65±7 años.
El 54.5% de los pacientes eran fumadores durante el año previo al procedimiento.
El 30.8% de los pacientes fueron sometidos a procedimientos endovasculares, 30.1% a procedimientos híbridos y el 39.1% a cirugía.
El 11.1% de los casos presentaron complicaciones y el 0.4% fallecieron.
Entre los 7.710 casos emparejados por puntuación de propensión (incluidos 3.855 fumadores y 3.855 no fumadores), los pacientes fumadores presentaron un mayor riesgo de cualquier complicación 30 días luego del procedimiento (12.6% vs 8.9%, dif riesgo absoluto – DRA- 3,68%; IC 95%, 2,31-5,06; p < 0,001).
El riesgo aumentado de complicaciones se observó en todos los subgrupos de tratamiento: revascularización endovascular (4,3% vs 2,1%; DRA, 2,19%; IC 95%, 0,77-3,60; P = 0.003), revascularización híbrida (17,3% vs 14,1%]; DRA: 3,18%; IC 95%, 0,23-6,13; P = 0,04) y revascularización quirúrgica (15,4% vs 10,3%; DRA: 5,18%; IC 95%, 2,78-7,58; P < 0,001).
Las complicaciones respiratorias fueron mayores también para los fumadores luego de la revascularización endovascular (1,7% vs 0,5%; DRA: 1,17%; IC 95%, 0,35-2,00; P = 0.009), revascularización híbrida (2,8% vs 0,9%; DRA: 1,93%; IC 95%, 0,85-3,02; P = 0,001) y revascularización abierta (2,2% vs 1,3%; DRA: 0,89%; IC 95%, 0-1,80; P = 0,06).
Las complicaciones de la herida y el fracaso del injerto fueron mayores para los fumadores en comparación con los no fumadores tras las intervenciones quirúrgicas (complicaciones de la herida: 9,9% vs 5,8%; DRA: 4,05%; IC 95%, 2,12-5,99; p < 0,001; fracaso del injerto: 2,2% vs 0,7%; DRA: 1,50%; IC 95%, 0,63-2,37; P = 0,001).
El tabaquismo se asoció con un aumento de la mortalidad a 30 días (0.6% vs 0.1%; DRA 0.54%; IC 95%: 0.29-0.80).
En un análisis de sensibilidad, en comparación con los fumadores activos (n = 5173; fumadores en las dos semanas anteriores al procedimiento), el riesgo de cualquier complicación disminuyó en un 65% para los nunca fumadores (n = 1197; OR aj, 0,45; IC 95%, 0,34-0,59) y en un 29% para los ex fumadores (n = 4755; abandono de la actividad más de un año antes del procedimiento; OR ajustada, 0,71; IC 95%, 0,61-0,83; p = 0,001 para la interacción).
¿Qué podemos recordar?
En este estudio de cohorte, más de la mitad de los pacientes con CI fumaban antes de la revascularización electiva, y los riesgos de complicaciones fueron mayores en todas las modalidades de revascularización.
Estos resultados subrayan la importancia de dejar de fumar previo a la revascularización para optimizar los resultados.