Si bien las guías clínicas actuales recomiendan la cirugía de válvula tricúspide concomitante en pacientes con insuficiencia tricuspídea (IT) grave que se someten a una cirugía de reemplazo valvular aórtico (Clase 1, nivel de evidencia B), actualmente no existe ninguna recomendación sobre el tratamiento de la IT concomitante en los pacientes sometidos a TAVI.
En un registro prospectivo de TAVI del Hospital de la Universidad de Berna, se evaluó retrospectivamente la gravedad de la IT pre y post-TAVI, se cuantificó la elegibilidad potencial para intervención transcatéter de la válvula tricúspide y se informaron los eventos en función de la gravedad de la IT y la candidatura potencial para la intervención transcatéter.
De los 2008 pacientes elegibles, el 82.6% presentaban una IT leve, 12.1% moderada, 2.8% grave y 2.5% tenían IT masiva.
Un aumento gradual de la severidad de la IT se asoció con mayor edad, menor superficie corporal, mayor STS, peores síntomas de insuficiencia cardiaca y mayor prevalencia de fibrilación auricular. Con respecto a las características ecocardiográficas los pacientes con IT más avanzada presentaron menor gradiente medio, y menor fracción de eyección del ventrículo izquierdo junto con una mayor dilatación y disfunción del ventrículo derecho, hipertensión pulmonar severa e insuficiencia mitral moderada o severa.
Más de la mitad de los pacientes con IT moderada o mayor al inicio, presentaron una reducción de la IT, y el 54.5% de los pacientes con IT moderada, 29.8% con IT severa y 22% de los pacientes con IT masiva basal mejoraron IT leve post-TAVI.
El 5.7% de los pacientes con IT severa o menor empeoraron la IT post-TAVI.
En un análisis multivariable que incluyó las complicaciones post-TAVI como el implante de marcapasos permanente, la insuficiencia aórtica moderada o mayor post-TAVI, el mismatch severo prótesis-paciente, y el empeoramiento de la función sistólica del ventrículo izquierdo, solo la insuficicnia aórtica moderada o mayor se asoció de manera significativa con el empeoramiento de la IT ( OR 2.17; IC 95%: 1.30-3.62; p=0.003).
Comparada con los pacientes con IT leve o menor, aquellos con IT severa y masiva post-TAVI presentaron un mayor riesgo de mortalidad total ( IT severa: HR aj 1.90; IC 95%: 1.03-3.49 y masiva: 2.17; IC 95%: 1.10-4.30) y cardiovascular ( IT severa: HR aj 2.07; IC 95%: 1.02-4.21 y masiva: 3.45; IC 95%: 1.68-7.07; p=0.001).
El 3.1% de los pacientes post-TAVI fueron considerados candidatos potenciales para intervención transcatéter de la válvula tricúspide: 1.2% con IT basal leve, 5.5% con IT moderada, 20.8% con IT severa y 39.6% masiva.
Presentaron un riesgo 2 veces mayor de mortalidad total (HR aj 1.93; IC 95%: 1.15-3.259; p=0.013) y cardiovascular (HR aj 2.31; IC 95%: 1.26-4.24; p=0.007) entre 30 días y 1 año post-TAVI.
Al año, el 37.2% de los candidatos potenciales que sobrevivieron se encontraban en CF III-IV comparado con el 11.5% de aquellos que no calificaban como tales ( RR aj 2.80; IC 95%: 1.78-4.40)
¿Qué podemos recordar?
Se produjeron cambios dinámicos en la severidad de la IT post-TAVI.
La IT severa o mayor post-TAVI y no basal, se asoció con un riesgo 2 veces mayor de mortalidad a 1 años.
Una proporción no despreciable de pacientes fueron considerados como candidatos potenciales intervención transcatéter de la válvula tricúspide post-TAVI y tuvieorn un peor pronóstico y una clase funcional persistentemente deteriorada al año.
Estos resultados justifican la realización de nuevos estudios para determinar las estrategias de tratamiento óptimas para los pacientes con IT concomitante sometidos a TAVI.