El síncope vasovagal (SVV) es una condición clínica común con una prevalencia estimada del 35% a lo largo de la vida. Si bien no se asocia a una mayor tasa de mortalidad, los pacientes experimentan un deterioro significativo de su calidad de vida que es paralelo a la gravedad y a la frecuencia de las recurrencias. En la actualidad, las medidas terapéuticas farmacológicas y no farmacológicas existentes para el SVV poseen una eficacia modesta.
El yoga ea una de la formas más comunes de terapias de medicina alternativa y complementaria y se practica cada vez más en todo el mundo.
Se ha observado que la práctica de yoga tiene efectos beneficioso en la hipertensión, fibrilación auricular y la rehabilitación luego de un infarto agudo de miocardio. Además existen estudios que demostraron que el yoga modula favorablemente el sistema autonómico al equilibrar los impulsos simpáticos-parasimpáticos tanto centrales como periféricos. Teniendo en cuenta que el SVV es un tipo de síncope reflejo mediado por el estrés emocional u ortostático y se asocia a una activación autonómica aumentada y desequilibrada, el yoga en este contexto podría ser útil.
Gautam Sharma y cols. realizaron un estudio unicéntrico, aleatorizado para evaluar la eficacia del yoga en los eventos clínicos de pacientes con SVV recurrentes.
Para incluirse en el estudio los pacientes debían tener entre 15 y 70 años, SVV con un Tilt Test positivo y por lo menos 2 eventos sincopares o presincopales en los 3 meses previos al enrolamiento.
Se incluyeron 55 pacientes que fueron aleatorizados a recibir un programa de entrenamiento de yoga especializado además de la terapia actual basada en las guías clínicas (Rama intervención o grupo 1, n=30) o la terapia actual basada en guas (Rama control o grupo 2, n=25).
El cuidado estándar incluía maniobras físicas de contrapresión, evitar los desencadenantes conocidos, aumentar ingesta de sal y agua, pudiendo iniciar tratamiento farmacológico o estimulación cardiaca según el criterio del medico tratante.
Los pacientes del grupo intervención se sometieron a un entrenamiento de yoga diseñado especialmente por médicos y terapeutas del yoga del Centro de Medicina Integral e Investigación en AIIMS, Nueva Delhi, India. Se programaron 8 sesiones supervisadas en las primeras 2 semanas, luego de las cuales los pacientes debían seguir practicando yoga en casa durante al menos 5 sesiones diarias en un semana. Hubo 2 sesiones de seguimiento supervisadas en el segundo mes y luego 1 sesion guiada por mes hasa el 6 mes
El punto final primario fue el combinado del número de episodios de síncope y presíncope a los 12 meses.
Como eventos secundarios se evaluó la calidad de vida mediante las puntuaciones del Cuestionario WHOQoL-BREF y las puntuaciones del Cuestionario de Estado Funcional del Síncope a 12 meses.
Las características basales se encontraban bien balanciadas, con una edad media de 39,3±15 años y un 65.4% de mujeres. Ninguno de los pacientes al inicio del estudio se encontraban bjao tratamiento farmacológico o marcapaseo. La media de episodios sincopales o presincopales previo fue de 2.6±1.3
La práctica de yoga sumada al tratamiento estándar, se asoció a una reducción significativa en el promedio de los episodios sincopales o presincopales a 12 meses comparados con el grupo control (0.7±0.7 vs 2.52±1.93, p<0.01).
Ya a las 6 semanas se observó una tendencia a la reducción de los eventos en el grupo intervención (0.16±0.46 vs 0.48±0.71; p=0.05) que se hizo significativa a los 6 meses (0.33± 0.60 vs 1.52± 1.73, p<0.01) y se mantuvo a los 12 meses de seguimiento.
En el grupo intervención, el 43.3% de los pacientes comparados con el 16% de los pacientes del grupo control permanecieron libre de eventos (p=0.02).
La calidad de vida a 12 meses mostró mejoras significativas de todos las puntuaciones del Cuesitonario del Estado Funcional del Síncope y de 2 dominios de las puntuaciones del WHOQoL-BREF
¿Qué podemos recordar?
El Yoga como terapia complementaria es superior a la terapia estándar sola en la reducción de la carga sintomática y en la mejora de la calidad de vida en pacientes con síncope vasovagal recurrentes.
Los autores destacan que puede ser útil integrar una intervención de bajo costo y segura como el yoga en el tratamiento de estos pacientes.